Por Antonio Ortíz Vázquez, Presidente de Fundadores de México, A.C.
El laberinto de cristal, la metáfora que representa las dificultades de las profesionistas para ascender a puestos directivos, debe incluir a las redes sociales. Es un área de segregación femenina en muchos sectores.
Mientras el éxito de un emprendedor es la fortaleza de sus redes personales, porque inciden positivamente en la financiación y el conocimiento tácito, por ejemplos, los empresarios obtienen muchos recursos importantes a través de sus conexiones. Es decir, las redes son un recurso muy valioso para startups y compañías ya desarrolladas.
Sin embargo, los responsables de la toma de decisiones prefieren los contactos masculinos cuando hacen referencias, más si se trata de sectores dominados por hombres.
El argumento esgrimido para ello es: si las mujeres no se benefician de las conexiones, es porque están en ‘malas redes’ que no proporcionan tanto valor como las que emplean los hombres. A simple vista esto parece lógico. Sin embargo, no debe desestimarse que las desigualdades de género ocurren todo el tiempo: hombres y mujeres en el mismo trabajo experimentan diferencias en los resultados.
En las referencias de contactos, los hombres suelen mostrar más renuencia a conectar a mujeres, particularmente en ámbitos esencialmente masculinos.
Así, para aprovechar los contactos de la misma manera que lo hacen los hombres, se sugiere que ellas identifiquen los nombres que les podrían ser más útiles y se esfuercen por desarrollar esas relaciones directamente, en lugar de confiar sólo en su red actual para relacionarse.
Es una solución frustrante, ya que requiere tiempo y esfuerzo adicional de las mujeres, pero tienen que operar en la estructura social actual, por lo que esta premisa es algo sobre lo que las mujeres pueden actuar de inmediato, ya que no hay una forma rápida de solucionar los sesgos.
Sin embargo, es responsabilidad de todos crear conciencia y rechazar las suposiciones comunes que hacemos al decidir si conectar a los contactos femeninos con los demás. Necesitamos cuestionar la suposición de que otras personas prefieren o esperan un hombre en ciertos campos. Eso podría significar simplemente recopilar más información sobre las preferencias reales de los demás. Esto nos ayudará a superar parte de esta desventaja que enfrentan las mujeres ahora.
En resumen: para tener la ventaja competitiva de mayores redes sociales, las mujeres no deben conformarse con establecerlas de manera virtual, sino que deberán generar interacciones cara a cara a través de seminarios, congresos, presentaciones, galardones y otros eventos de tipo social y empresarial.
La comunicación continua, por otra parte, será esencial para mantener vigentes a los aliados potenciales de un proyecto mediante la recomendación o tips.
Algo más: las mujeres más exitosas en el networking suelen cuidar a sus contactos mujeres, ya que el tipo de información que intercambian con ellas también resulta muy valioso para detectar tendencias, oportunidades de negocio e información sensible sobre un campo en particular.
En sí, la destreza en interrelacionarnos se convierte en una competencia crucial de nuestra era. Ellas no pueden limitarse o segregarse de las redes. Deben convertirlas en una destreza significativa de desarrollo.
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