El Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán indicó este lunes que había detectado 89 aeronaves de guerra chinas operando en las inmediaciones de la isla, después de que Beijing lanzara una nueva ronda de maniobras militares como señal de «advertencia» a las «fuerzas secesionistas» taiwanesas.
En una rueda de prensa recogida por la agencia CNA, el teniente general taiwanés Hsieh Jih-sheng detalló que 67 de esas aeronaves habían ingresado en la autoproclamada Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa hasta las 3:00 de la tarde, hora local, del lunes.
Las fuerzas isleñas también detectaron 14 buques de guerra y otras 14 embarcaciones de la Guardia Costera china en los alrededores de Taiwán hasta esa hora, así como un grupo de cuatro buques de asalto anfibio en la zona del Pacífico Occidental, afirmó Hsieh.
Estos ejercicios, denominados «Misión Justicia-2025» y que se prolongarán hasta el martes, tienen lugar después de una nueva escalada de tensiones en el Estrecho, en un contexto marcado por el refuerzo del apoyo militar estadounidense a Taipéi y por recientes visitas a la isla de políticos japoneses.
«Esta es una firme advertencia contra las fuerzas separatistas de la ‘independencia de Taiwan’ y la injerencia externa, y una acción legítima y necesaria para salvaguardar la soberanía y la unidad nacional de China», aseguró esta mañana Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro Oriental de Operaciones, órgano del Ejército chino encargado de las actividades militares en torno a Taiwán.
Las maniobras de este lunes se concentraron en siete zonas aéreas y marítimas cercanas a la isla, donde las fuerzas chinas llevaron a cabo entrenamientos con fuego real a lo largo de la jornada.
En este contexto, Hsieh Jieh-sheng avanzó que el Ejército chino abrirá una octava zona de entrenamiento en aguas al este de Taiwán entre las 09:00 y las 11:00 de la mañana del 30 de diciembre, algo que todavía no ha confirmado Beijing.
Taiwán se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el paraguas de la República de China y cuenta con unas Fuerzas Armadas y un sistema político, económico y social diferente al de la República Popular China, destacando como una de las democracias más avanzadas de Asia.
Sin embargo, Beijing siempre ha visto a la isla como una «parte inalienable» de su territorio y en los últimos años ha redoblado su campaña de presión contra ella para concretar la «reunificación nacional», clave en el objetivo a largo plazo del presidente, Xi Jinping, de lograr el «rejuvenecimiento» de la nación china.


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