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Suenan Amadeus Mozart y Frederic Chopin en el grand piano de la Casona de Xicoténcatl

La Antigua Casona de Xicoténcatl ofreció la noche de este viernes un concierto especial con piezas de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Frédéric Chopin (1810-1849), virtuosos compositores que, a pesar de haber fallecido a temprana edad, dejaron un vasto legado musical que los consagraron como dos de los artistas más importantes de la historia.

El recital estuvo a cargo de Santiago Piñeirúa, pianista integrante del Grupo de Concertistas de

Bellas Artes, cuya habilidad frente al ya conocido grand piano de la sede histórica del Senado de la República, llenó sus pasillos del romanticismo que rezuman las piezas de ambos autores europeos.

Una particularidad notable de esta presentación fue que el prodigioso invitado, formado en la Manhattan School of Music, tocó las 29 piezas del programa de memoria, es decir, no recurrió a la lectura de partituras para su ejecución; las expresiones en su rostro y movimientos de hombros y manos, además, resaltaron su pasión por la música de piano.

La velada inició con la interpretación de “Sonata en Do Mayor” (K. 330), también conocida como “Sonata Fácil”, del austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, composición que posee tres movimientos de diferentes tiempos y tonos que, en consecuencia, imbuyeron al auditorio también de diversas emociones.

El primer movimiento, Allegro Moderato, de tonos brillantes y claros, con tiempos rápidos, convidó vivacidad y gracia a los asistentes; el segundo, Andante Cantabile, de carácter sereno, evocó dulzura, mientras que el último, Allegretto, cuyos ritmos y tonalidades se ubican entre los dos primeros, llevaron un aire de alegría al recinto.

Tras ello, Piñeirúa trajo al recinto a Frédéric Chopin con dos mazurkas, forma musical basada en una danza folklórica alegre de Mazovia (de donde toma su nombre), antigua región de Polonia, país de origen del compositor.

La primera de ellas fue la elegante “Mazurka en Sol Sostenido” (Op. 33, No. 1) canción de ritmos suaves en sus primeros compases que luego pasan a unos más ágiles para, nuevamente, regresar y culminar con un ritmo tenue.

Posteriormente, el talentoso pianista de Bellas Artes tocó la “Mazurka en Si Menor” (Op. 33 No.4), pieza de tonos agudos e igual refinados que en varias partes eleva su ritmo y que dio a la ejecución, en manos del músico, un histrionismo interesante.

En la siguiente interpretación de la velada, el artista invitado compartió los “24 Preludios” (Op. 28), también de Chopin, composiciones de pocos compases -cuya duración individual va de los 30 segundos a los 3 minutos- y variopintas, pues mientras unas expresan delicadeza y gracia, otras llevan consigo intensidad y drama en sus notas.

Fue en esta parte del concierto donde la prodigiosa memoria y talento musical del pianista invitado dejaron en claro por qué ha sido galardonado en concursos nacionales e internacionales, y ha sido invitado a presentarse en escenarios de Estados Unidos, España, Francia, Italia, Austria, Hungría, Chile, Uruguay y Túnez.

La habilidad que demandan varios de esos Preludios y la maestría con la que Piñeirúa las ejecutó -aunado a su natural conexión con el piano-, le merecieron al final del concierto una larga ronda de aplausos por parte del público, que le pidió regresar al escenario para recibir otra ronda más.

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