Por Miguel Ángel Contreras, artista plástico
El que ahora lee esto no hace algo, se transforma en alguien.
Miguel de Cervantes Saavedra: Alonso Quijano, el bueno, por la lectura se transforma en Don Quijote de la Mancha. Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana por la lectura se convierte en Sor Juana Inés de la Cruz.
Sor Juana tiene un hábito o traje que visten los miembros de una orden religiosa mientras Don Quijote porta una armadura que emplean los miembros de la orden de la caballería.
Sor Juana porta un medallón o escudo mientras Don Quijote también lleva un escudo mediante una adarga antigua.
Sor Juana usa su pluma, un arma reservada para los hombres de esa época y Don Quijote una lanza que, en la Edad Media, era un arma reservada a los caballeros.
Tanto la autora de Redondillas como el ingenioso hidalgo se cubren la cabeza: él con el yelmo de oro de mambrino, ella una toca o especie de mantilla.
Lo que diría Don Quijote de las mujeres
“Porque has de saber Sancho, que las mujeres son la más perfectas de las creaciones divinas que aunque son más hermosas que las flores, las estrellas y la luna juntas, son fuertes como el acero de mi lanza. Por eso, Sancho, es menester entre los caballeros, que debemos estar prestos a sus privaciones, amarlas, cuidarlas como la niña de tus ojos, porque nuestro mundo sin ellas, no cabe la menor duda, estaría completamente e irremediablemente perdido, pues ellas son la fuente de la vida y el motor que nos impulsa”
En el Quijote de la mancha se pueden encontrar personajes que, con su forma de actuar y manifestaciones, revelan implícitamente la situación de la mujer en el contexto social de la época. El hombre dirige el destino femenino, así como el deseo de la mujer de liberarse de esta opresión y un afán de liberación.
Sor Juana Inés de la Cruz, por su parte, denuncia un maltrato e incomprensión hacia la mujer, a través de su poesía “hombres necios que acusáis a la mujer”
En 33 Sor Juanas y mil hombres necios, título que se le dio a obra expuesta en el castillo de Chapultepec en marzo del 2022, mes de la mujer, consta de 33 obras con diferentes técnicas creadas por cinco artistas plásticos mexicanos: María Teresa Galván, María del Pilar Rincón, Didier Bracho, José Cruz y Miguel Ángel Contreras que agradecen a la rectora de la universidad del claustro de Sor Juana, Carmen Beatriz López-Portillo, su participación.
El 33 simboliza el grado alto de conciencia espiritual por parte del ser humano.
Mil hombres, en cambio, alude a quienes insisten en los propios errores.
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