La diputada Abigail Arredondo Ramos (PRI) impulsa una iniciativa para que la Secretaría de Educación Pública, en colaboración con la Secretaría de Salud, realicen campañas que impulsen la concientización en la donación de órganos, tejidos y células, y promuevan los valores de solidaridad, respeto a la dignidad humana y cultura de la donación altruista.
La propuesta de adición de un párrafo a la fracción XXV del artículo 30 de la Ley General de Educación, argumenta que la poca disponibilidad y las largas listas de espera son el reflejo de la falta o ausencia de donadores, así como de la urgente necesidad de impulsar una cultura integral de donación desde edades tempranas.
Menciona que de acuerdo a un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, entre los principales motivos por los cuales existe duda en cuanto a donar órganos están la falta de confianza en las instituciones y la ausencia de información para llevar a cabo el proceso.
Considera que la donación de órganos, tejidos y células es una práctica positiva que debe ser impulsada de manera constante en la interacción de la sociedad dado que la demanda por trasplantes está por encima de la ofertad nacional, lo que provoca poca disponibilidad y largas listas de espera.
También, que una de las razones principales que impiden la labor altruista de donar órganos es la falta de información y los mecanismos para hacerlo.
Por ello, la educación es fundamental, pues permite que, desde edades muy tempranas, la cultura de la donación sea vista como algo natural ya que impulsa valores como el altruismo, respeto, generosidad y solidaridad.
El documento, turnado a la Comisión de Educación, destaca que sensibilizar a las personas jóvenes sobre la importancia de donar contribuye a derribar mitos y temores infundados, facilitando así la toma de decisiones informadas y conscientes; además, fortalece la formación ciudadana y el compromiso con los derechos humanos, garantizando que el respeto por la vida y la salud sea una prioridad en el entorno educativo.
El impacto que cada persona donadora genera es significativo, ya que brinda una segunda oportunidad de vida a quienes, por diversas razones, ven mermada su salud. El acto de donar trasciende lo individual, teje vínculos de esperanza y reciprocidad social, subraya.


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