Los policías británicos que serán desplegados en Catar durante el Mundial para controlar a los aficionados ingleses y galeses no actuarán como una “policía de la moral”, aseguró este martes un responsable.
Una quincena de oficiales estará en Qatar para la mediación entre los aficionados y las fuerzas de orden locales, donde “hubiese un riesgo de que se rebasen los límites”, explicó el jefe de la policía de Cheshire, Mark Roberts.
El número total de policías enviados no fue precisado, pero algunos se encargarán de observar sobre el terreno y recoger informaciones que serán transmitidas a los responsables cataríes y de controlar a los grupos.
“Es un Mundial en una parte del mundo diferente con una cultura muy diferente y creo que uno de mis temores es que aficionados que no tienen ninguna intención de cometer un delito o de crear problemas puedan actuar sin querer de una manera que sea inapropiada o llame negativamente la atención”, detalló.
Según las estimaciones, entre 3.000 y 4.000 ingleses y entre 2.000 y 3.000 galeses podrían estar en los partidos de la fase de grupos, un número que podría verse incrementado por expatriados que residen en la región.
Comportamientos tolerados en Europa podrían ser interpretados de forma diferente por las fuerzas de orden locales, indicó Roberts.
Encuadrados en el mismo grupo B, Inglaterra y Gales jugarán los días 21 y 25 de noviembre contra Estados Unidos e Irán, antes de enfrentarse el 29 de noviembre.
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