En su mensaje Urbi et orbi (a la ciudad de Roma y el mundo entero) el día de Navidad, el papa Francisco pidió que los políticos del continente americano resuelvan los problemas de migración y desigualdad que aquejan a sus sociedades.
Que “el hijo de Dios, que se hizo un niño humilde, inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, para hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas, a luchar contra las formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, a resolver las desigualdades y a afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones”, señaló el Papa.
Desde el pesebre, el niño nos pide que seamos voz de los que no tienen voz, de los inocentes, muertos por falta de agua y de pan, voz de los que no logran encontrar trabajo o lo han perdido, voz de los que se ven obligados a huir de la propia patria en busca de un futuro mejor, arriesgando la vida en viajes extenuantes y a merced de traficantes sin escrúpulos”, expresó.
Asimismo, el pontífice denunció “la desesperada situación humanitaria” de los palestinos de Gaza, y pidió una liberación de los rehenes en manos de Hamás y un alto el fuego entre el movimiento islamista e Israel.
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