La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que desafortunadamente se diagnostica en gran medida hasta el momento que se presenta una fractura. A nivel mundial, millones de personas la padecen y, en México, afecta a una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años. De acuerdo con la comunidad médica, la postmenopausia se ha convertido en un detonante de la osteoporosis, que es la principal causa de fracturas de cadera, por lo que la adherencia al tratamiento se vuelve indispensable.
La fractura de cadera es la consecuencia más grave de la osteoporosis, en México se registraron 16,829 ingresos hospitalarios por fractura de cadera de los cuales las mujeres representan el 69% de los pacientes ingresados, siendo los 79 años la edad promedio. Desafortunadamente entre el 20 y el 40% de los pacientes mueren durante el primer año siguiente a la fractura.
La osteoporosis postmenopáusica se produce como consecuencia de la disminución de los estrógenos que tiene lugar tras la desaparición de la menstruación, acelerando la disminución de la masa ósea, el aumento de la fragilidad en los huesos y la susceptibilidad a fracturas debido a la deficiencia de calcio, vitamina D y estrógeno provocados por la menopausia.
La postmenopausia se puede sumar a factores relacionados con la edad, pueden desencadenar diversas consecuencias desde fracturas, dolor crónico en los huesos y dificultad para moverse, hasta sufrir fractura de cadera.
“Es importante destacar que, aunque hoy en día existen opciones terapéuticas efectivas y accesibles anti-osteoporosis, la adherencia al tratamiento es uno de los principales obstáculos contra este padecimiento, es importante crear conciencia del impacto negativo en la funcionalidad y calidad de vida de un paciente posterior a una fractura por fragilidad”, señaló el Dr. Miguel Angel Reyes, Gerente Médico en Teva México.
Entre los retos que representa esta enfermedad para la población mexicana, se encuentran la baja prioridad del paciente ante ella, lo que conlleva una pobre adherencia al tratamiento. Los tratamientos pueden ser administrados vía oral, intravenosa y de forma subcutánea. Se ha estudiado en mujeres postmenopáusicas que esto influye en el apego al tratamiento, indicando que las terapias subcutáneas pueden mejorar la persistencia y la adherencia.
Se registra que solo durante los primeros cinco años de la enfermedad, la adherencia al tratamiento baja del 75% a un 45.3% en pacientes tratados, cifras similares a las registradas en pacientes de otras enfermedades crónicas no transferibles, como diabetes e hipertensión arterial, que llevan a que más del 33.3% de las personas no sigan las prescripciones médicas, complicando el estado de la enfermedad y elevando los costos del tratamiento al sufrir una fractura.
Por ello es importante ofrecer a los pacientes tratamientos que ayuden a mejorar la adherencia. Hoy tenemos en el mercado medicamentos que pueden incrementar esta adherencia, logrando con ello, mejorar la calidad de vida, pero sobre todo disminuir el riesgo de que el paciente sufra una fractura por osteoporosis, concluyó el médico especialista.
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