Ni iluso optimista, ni preocupado extremista, así se consideró Ricardo Monreal, rumbo a sus aspiraciones por la candidatura presidencial y aseguró que el trabajo todo lo vence. “Necesitamos mantener la unidad, dejar atrás las divisiones y caminar hacia la reconciliación nacional”, afirmó.
En un texto publicado en redes sociales, el coordinador de los senadores de Morena, dijo que “la carrera apenas inicia, y aunque sea difícil, los ideales que compartimos, la energía popular, la honestidad y nuestros anhelos serán los alicientes que nos permitirán alcanzar a quienes de manera desigual lograron adelantarse”.
Al iniciar su carrera rumbo a la candidatura por la Presidencia de la República de su partido, el senador señaló que los ideales por los que vivimos nos permiten seguir avanzando en nuestra lucha por construir un país más justo, sin importar las dificultades, calumnias, preferencias y los favoritismos.
Monreal Ávila expuso que sí se puede triunfar, incluso en condiciones inequitativas; sí se pueden defender nuestros ideales y anhelos; sí se puede construir un mejor país.
Recordó que el sábado pasado regresó a Zacatecas después de haber sido invitado por la dirigencia local de Morena para exponer su visión e ideas rumbo a la sucesión presidencial que tendrá lugar el próximo año.
Ante un grupo importante de zacatecanos, el legislador dijo que fue incluido tardíamente en la lista de aspirantes de Morena para suceder al presidente, mientras que otros eran referencia y recibieron el respaldo del mayor líder político del país. “Mi nombre, a pesar de contar con los méritos necesarios, no se mencionó sino hasta un año y medio después”, remarcó.
En contraste, las campañas anticipadas, sustentadas con grandes cantidades económicas, así como el uso de estructuras estatales para la promoción de otros aspirantes fueron solo algunas de las ventajas con que parte de ellos iniciaron la carrera rumbo al 2024, expresó.
Se refirió cuando los dioses sentenciaron a Sísifo a empujar, durante toda la eternidad, una piedra hasta lo más alto de una montaña, y una vez en la cima, la roca volvía a caer como consecuencia de su propio peso. La razón del castigo fue simple: estimaron que para un ser mortal no podría existir condena peor que el trabajo sin esperanza.
Sísifo, agregó, se convirtió en el símbolo del trabajo constante, en el héroe que, a pesar de ser consciente de su propia condición, siguió adelante, sin dudar ni un momento de que finalmente lograría llevar la pesada piedra al final de la montaña.
Ricardo Monreal aseguró que a diferencia de la historia de Sísifo, el esfuerzo que encabeza no se trata de un mito, sino de una constante lucha contra una desequilibrada realidad.
En la parrilla de salida, la luz verde fue escalonada, permitiendo que mientras unos tomaban ventaja otros nos rezagáramos. Pero la carrera apenas inicia, y aunque sea difícil, los ideales que compartimos, la energía popular, la honestidad y nuestros anhelos serán los alicientes que nos permitirán alcanzar a quienes de manera desigual lograron adelantarse, puntualizó.
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