En una noche que pareció flotar entre la fantasía y la ciencia, el Centro Cultural Mexiquense Anáhuac se convirtió en el epicentro de la magia familiar con el estreno de Gazillion Bubble Show, el espectáculo internacional más grande del mundo en su tipo. Ante un público entusiasta y la presencia de destacadas personalidades del ámbito artístico, cultural y televisivo, las burbujas se transformaron en arte, música y poesía visual.
Desde su debut en Nueva York hace más de quince años, esta producción creada por la familia Yang ha recorrido los escenarios más importantes del planeta —de Broadway a Las Vegas, de Londres a Tokio— cautivando a más de cinco millones de espectadores con su hipnótica combinación de humo, fuego, láseres y millones de burbujas suspendidas en el aire. Ahora, bajo la producción del mexicano Xavier López Miranda, el fenómeno llega a México con una temporada exclusiva del 24 de octubre al 2 de noviembre, ofreciendo una experiencia única en la que el asombro se vuelve palpable y el público redescubre su capacidad de maravillarse.
Durante la alfombra roja, Xavier López Miranda compartió brevemente con los medios su emoción por este estreno y la importancia de llevar a las familias mexicanas una propuesta de calidad mundial: “Gazillion es un espectáculo que hay que ver en compañía de los hijos, los abuelos, los amigos… es una obra para todos, porque rescata algo que el arte a veces olvida: la alegría de sorprendernos juntos”, expresó el productor, visiblemente satisfecho por la respuesta del público en el estreno.
El montaje —interpretado en esta edición por la talentosa Melody Yang— es una sinfonía visual que combina precisión escénica, tecnología de punta y una ejecución coreográfica que transforma simples burbujas en constelaciones líquidas que respiran, giran y se disuelven bajo haces de luz multicolor. Cada número es un homenaje al equilibrio entre la física y la poesía, al mismo tiempo que recuerda que el espectáculo familiar puede ser también un arte elevado.
Entre los asistentes destacaron figuras de la televisión, el teatro y la cultura que aplaudieron de pie el despliegue técnico y artístico. El público, compuesto por familias enteras, rió, soñó y se dejó envolver por un universo efímero donde el tiempo parecía detenerse. Los niños salían del teatro con las manos extendidas al aire, intentando atrapar lo inatrapable: una burbuja, un instante de pura felicidad.
El Centro Cultural Mexiquense Anáhuac (CCMA) —nuevo recinto ubicado dentro de la Universidad Anáhuac del Norte— ofreció el marco ideal para este estreno. Con una arquitectura moderna, amplio estacionamiento y las mejores condiciones técnicas, el espacio confirma su vocación como nueva casa de los grandes espectáculos familiares en México.


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