La Garci-Crespo viola los derechos humanos al usar su poder de forma ilegal y perjudica a personas civiles, poniéndolos en desventaja porque se encuentran en condiciones dispares.
La diputada abusa de su posición como funcionaria pública para satisfacer sus intereses. Tales acciones ilegales ponen en entredicho la imagen de todo el gobierno poblano y convierte este caso en una situación de interés internacional porque se violan los derechos humanos de varios involucrados.
Los abusos a los derechos humanos desde una posición privilegiada son un abuso y deben ser exhibidas públicamente. Son una injusticia absoluta. El poder debe ser usado para el bien de todos los involucrados, pero no para el beneficio de una sola persona, o para el disfrute de la diputada Garci-Crespo y sus abogados, sobrinos del Gobernador Barbosa Huerta.
Ignorar la voluntad de la difunta Socorrito, anular su última voluntad es una actitud deplorable. Era una verdad sabida por muchos que la herencia de Socorrito sería para su sobrina Estela Romero Bringas.
Profanar la figura respetadísima de Socorrito Romero, una singular empresaria que conjuntó el éxito financiero y la solidaridad altruista, como nadie. Su legado y su éxito es motivo de admiración y respeto absoluto. Por ello las acciones de la Garci-Crespo son tan cuestionables.
Otro abuso de poder es pretender pasar por encima de la heredera universal, Estela Romero Bringas, quien además, está por encima de la política en la línea familiar; por ese sólo hecho tiene mayor derecho a la herencia.
Es muy triste que sea una lucha desigual de mujeres que no se encuentran en equidad de condiciones. Garci-Crespo vulnera los derechos humanos de la Señorita Socorrito y Estela Romero. Mujeres contra mujeres, lamentable conflicto.
La Señora Monina, como la llaman los propios tehuacaneros, abusa de su poder y rebasa sus capacidades de acción. Se sale de la legalidad para adueñarse de una herencia que no le corresponde.
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