El cantautor español Javi Robles ha culminado su primera gira en México con un balance más que positivo, consolidándose como una de las voces más interesantes del indie-folk en español. Con un estilo que combina letras introspectivas, melodías cuidadosamente trabajadas y una presencia escénica cargada de autenticidad, Robles logró conectar con un público que lo recibió con los brazos abiertos, dejando claro que su música trasciende fronteras.
Su paso por el país incluyó presentaciones en distintos formatos, desde el intimismo de un silent concert en la PlayHaus by TotalPlay hasta su memorable participación en el Festival Versos y Raíces en el Auditorio Teopanzolco de Morelos, donde compartió escenario con figuras consagradas de la trova latinoamericana como Fernando Delgadillo, Edgar Oceransky y Alejandro Filio.
Fue precisamente en este último escenario donde Robles demostró por qué su música resuena con tanta fuerza. Como artista de apertura, tuvo la difícil tarea de preparar el ambiente para un ícono como Delgadillo, pero lejos de ser un simple preámbulo, su presentación se convirtió en un momento destacado de la noche. Con una mezcla de canciones de su repertorio y anécdotas personales, el español estableció una conexión inmediata con el público morelense, conocido por su exigencia y su profundo amor por la música de raíz.
El momento más emotivo llegó con la interpretación de su más reciente sencillo, «Guerra Mundial», una pieza que, bajo un título engañosamente conflictivo, es en realidad un himno al amor y la resistencia emocional. La canción, con su combinación de guitarra acústica y arreglos de cuerdas, generó un silencio cargado de emoción en el auditorio, seguido de una ovación que confirmó el impacto de su propuesta. «No hay bomba que destruya lo que el tiempo no ha podido», cantó Robles, y esa línea, como muchas otras de su autoría, quedó resonando en el aire mucho después de que terminara su presentación.
Pero si en Morelos la experiencia fue de conexión directa y calor humano, en la PlayHaus by TotalPlay el enfoque fue distinto pero igual de poderoso. El formato de silent concert, donde el público escucha la música a través de audífonos inalámbricos, permitió una experiencia sonora íntima y personalizada. Cada matiz de su voz, cada rasgueo de la guitarra y cada pausa entre canciones adquirieron una dimensión casi táctil, como si el artista estuviera interpretando para cada asistente de manera individual.
Este contraste entre el escenario masivo de Morelos y la atmósfera recogida de la PlayHaus demostró la versatilidad de Robles como performer, capaz de adaptarse a distintos espacios sin perder la esencia de su música.
El público mexicano, siempre generoso con los artistas que llegan con honestidad, no tardó en adoptarlo. Entre los asistentes se escucharon frases como «¡Javi, ya eres mexicano!», un reconocimiento espontáneo a la manera en que su música logró calar en un país con una tradición musical tan rica y diversa.
Esta respuesta no solo habla de la calidad de sus canciones, sino también de su carisma en el escenario, donde combina momentos de humor con reflexiones profundas, creando un ambiente que se siente más como una conversación entre amigos que como un concierto convencional.
Más allá de los escenarios, Robles aprovechó su estancia en México para sumergirse en la cultura local, explorar colaboraciones con músicos del país y grabar material que podría ver la luz en los próximos meses. Su interés genuino por la escena musical mexicana y su disposición a aprender de ella sugieren que esta no será su última visita, sino más bien el inicio de una relación artística más profunda con el público latinoamericano.
Con una gira que dejó tanto a críticos como a fans con ganas de más, Javi Robles ha demostrado que su lugar en la música en español está más que justificado. Su capacidad para convertir canciones en confesiones y conciertos en encuentros íntimos lo perfila como uno de los nombres a seguir en los próximos años. Y México, con su infinita capacidad para abrazar a los artistas que llegan con el corazón abierto, ya le ha dado su veredicto: aquí tiene un hogar.
Discussion about this post