Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.
En nuestra era, los altos ejecutivos deben liderar una fuerza laboral que combine a la perfección el talento humano y la automatización.
Ahora que los robots desempeñarán un papel fundamental en la fuerza laboral moderna, la proporción de empleos con alto riesgo de automatización será de aproximadamente el 20 por ciento a fines de 2025 y crecerá al 30 por ciento en 2030. Para los empleados de todo el mundo, tales cambios podrían significar prepararse para compartir espacio con robots como colegas o aprender nuevas habilidades a medida que las máquinas se hacen cargo de las tareas más repetitivas o peligrosas.
Entonces, los líderes de C-suite deben comenzar a planificar una hoja de ruta de cinco a 10 años de su carrera y organización hoy. Aunque los directivos y alta gerencia tienen menos probabilidades de ser desplazados por las máquinas, su trabajo presentará cambios importantes. Uno sustancial es que aumentará el tiempo para actividades prospectivas, empleo de datos cada vez más sofisticados y generación de productos y servicios personalizados bajo demanda.
Los CEO deberán proporcionar la visión y el liderazgo de su empresa, impulsar el cambio y guiar a la empresa a través de su transformación digital. Una tarea crucial es fomentar una cultura en la que los humanos y los robots coexistan con confianza, respeto y dignidad.
Los directores financieros, por su parte, tendrán que vigilar si la inversión en la automatización genera beneficios. También comprender las relaciones físicas y digitales y establecer los controles necesarios.
Los directores de operaciones desempeñarán un papel clave en la gestión de la transformación a una fuerza de trabajo híbrida humano-robot. Deben cerrar cualquier brecha en su conocimiento de la tecnología a medida que desarrollan un agudo sentido de cómo los cambios afectan al negocio. Las inversiones en automatización deben tener un papel claro en la remodelación de la huella de fabricación y la racionalización de la cadena de suministro.
Mientras tanto, los directores de recursos humanos necesitarán encontrar la mejor manera de administrar los robots y capacitar a las personas para que hagan lo mismo. Deberán considerar las habilidades que su personal tiene ahora, así como las que la empresa necesitará reclutar en el futuro.
En este entorno, el marketing será visto menos como un centro de costos y más como una fuente de ingresos. Esto tiene implicaciones críticas para el CMO, cuyo papel será cada vez más impulsado por el análisis de datos. Los clientes esperarán tener la capacidad de personalizar productos y contenido, por lo que en sectores como el comercio minorista y los medios de comunicación, los líderes de marketing trabajarán estrechamente con las ventas para asegurarse de que puedan satisfacer las demandas de los clientes.
En tanto, los directores de información, tecnología y directores digitales se dedicarán a temas de ciberseguridad, gestión y análisis de datos, y las innumerables formas en que las tecnologías de automatización afectarán a todas las partes del negocio.
Una revolución generalizada está en marcha. La C suite deberá sortear diferetes desafíos con la automatización.
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