Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.
La pandemia mundial de Covid-19 marca un parteaguas en la visión del empresario. Al sumarle infinidad de esperanzas y expectativas en su rol social debe actuar como el héroe y abatir, de una vez por todas, los problemas sociales. Se anticipa un periodo de grandes nexos de la Iniciativa Privada con las universidades y centros de educación superior.
Mientras a nivel mundial campean problemas como el cambio climático, la escasez natural, la desigualdad de ingresos y mala salud mundial además de otras crisis exponenciales, urge eliminar los bucles de retroalimentación que crean círculos viciosos. Y se agravan mutuamente.
Por ejemplo, la pobreza conduce a la falta de acceso a la atención médica y esto exacerba la crisis sanitaria. Mientras, el cambio climático conduce a la inseguridad alimentaria que incide en mayor pobreza y amplifica las crisis que se derivan de la necesidad. A la par, estas crisis se intensifican con las emisiones de CO2 que de manera simultánea agrava la crisis climática.
poderosos multiplicadores de amenazas que están profundamente arraigados en nuestros sistemas industriales y sociales, por ejemplo, el CO.2 Las emisiones agravan el cambio climático. Estos multiplicadores de amenazas pueden evitar que las fuerzas que buscan resolver los problemas se amplíen.
Sin embargo, las soluciones a estas crisis exponenciales, o al menos los componentes de las soluciones, están en las empresas: los desarrollos empresariales siempre contribuyen a la solución de los problemas de la sociedad.
Esa capacidad de las empresas para resolver problemas sociales, es la fuente de grandes avances y soluciones mientras logran innovar, invertir y desarrollar productos y servicios atractivos.
Con la tecnología adecuada y el modelo de negocio correcto, las empresas pueden permitir la prosperidad y la salud mientras crean y capturan un inmenso valor. Requieren abordar un problema mediante el uso de tecnologías exponenciales, el desarrollo de modelos de negocio y el trabajo en ecosistemas. Al seguir este camino, y no limitarse a la mejora incremental, o los acuerdos o eficiencias, se creará valor y la transformación en nuestro mundo.
Concluyo con una nota optimista:
Hoy tenemos las herramientas y los recursos a nuestra disposición colectiva para hacer frente a múltiples crisis. La tierra del mundo teóricamente puede producir suficientes alimentos para eliminar el hambre. Colocar paneles solares en solo 22,000 millas cuadradas, el 0.6% de la masa terrestre del país, podría alimentar a toda la
En sí, las herramientas tecnológicas actuales son más potentes. La inteligencia artificial, el análisis de datos, el Internet de las cosas, la automatización, las sofisticadas herramientas de colaboración y comunicación son tecnologías exponenciales, que continuamente bajan de precio, permiten el escalado rápido y eficiente de soluciones potentes.
La Ley de Moore es una construcción representativa de cómo y por qué estas tecnologías pueden crear un impacto de gran alcance cuando se integran en los conjuntos de soluciones correctos.
Ahora, la tecnología es solo una. Para realmente marcar la diferencia y superar los bucles de retroalimentación negativa, la tecnología exponencial debe integrarse con un modelo de negocio exponencial. La tecnología debe fusionarse con una estrategia efectiva para el desarrollo, la implementación, la innovación y la iteración.
Si: las fusiones y alianzas estratégicas son la punta de lanza de cambios trascendentales.
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