Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director de Gobierno de calidad, consultoría de políticas públicas
Ante la incertidumbre e irrupciones de todo tipo en el panorama empresarial, la única obsesión posible es la transformación.
En tiempos volátiles el retrasar las decisiones, reducir la grasa, agacharse y esperar capear la tormenta sólo conduce a la inercia. En contraparte, hay quienes abrazan la transformación y planean salir de los tiempos volátiles armados con nuevos modelos de negocios y flujos de ingresos. En resumen, quieren ganar a través de la transformación.
Durante una crisis, las empresas ganadoras en lugar de entrar en pánico, congelarse o dar marcha atrás, realizan inversiones proactivas en sus modelos comerciales, operativos y tecnológicos que impulsan los resultados de rendimiento en áreas como innovación, velocidad de comercialización y flexibilidad.
Los líderes exitosos entienden la necesidad de una transformación continua, de arriba a abajo y de extremo a extremo, y enfocan sus esfuerzos adecuadamente.
Durante una recesión, las empresas están bajo presión para detectar cada acción y fuente de valor. Aunque muchos tienden a retroceder o poner pausa a acciones cruciales, en realidad solo necesitan retroceder en las inversiones que no ofrecen ROI.
Las reestructuraciones deben incluir recortes en dos ejes: financieros y no financieros e involucrar empleados, clientes, accionistas y las comunidades en las que opera.
Las empresas con visión de futuro saben que pueden realizar inversiones y adquisiciones con grandes descuentos durante las recesiones. Los retrocesos crean brechas en el mercado donde los competidores pueden ganar cuota de mercado, y se abren posibilidades para que las organizaciones encuentren nuevas empresas y compañías que puedan proporcionarles futuras fuentes de ingresos, talento e incluso nuevos modelos de negocio.
Al mismo tiempo, durante los tiempos difíciles, es fácil ver a los clientes como una forma de generar ingresos, pero el cliente también pasa por los mismos momentos difíciles, y esta es la oportunidad de apoyarlos. Cuando las empresas conectan una comprensión profunda de los clientes en sus modelos de negocio, operaciones y toma de decisiones, no solo aumentan el valor para los clientes, sino que obtienen información que ayuda a diferenciar aún más el negocio.
Otro punto de crecimiento continuo reside en la inspiración para transformar. Muchas ideas innovadoras emergen de los diarios y revistas de negocios, pero también de las conversaciones con actores de otras industrias. Las interrelaciones enriquecen y permiten ampliar las perspectivas.
En suma, cuando alguien está plenamente comprometido con la transformación y evolución se compromete con ayudar a los otros a destacar e impacta positivamente los resultados de la empresa. La proactividad nunca estuvo más unida a la transformación corporativa que ahora.
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