Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, Consultoría de políticas públicas
A dos de años de inicio de la crisis sanitaria, las previsiones del Gobierno Federal de las variables macroeconómicas se muestran optimistas en general respecto a las estimaciones de los especialistas en economía del sector privado, pero conservadoras si se contrastan con los Criterios Generales de Política Económica 2022 aprobados.
Ahora, salvo los valores esperados e la cuenta corriente y en el precio del petróleo, las previsiones muestran un retroceso respecto a los CGPE 2022, mientras son mejores a las proyecciones de la iniciativa privada.
El Gobierno de México manifiesta mantener las finanzas públicas sanas, continuar con la reducción de la deuda pública e incrementar la recaudación fiscal. Esto a través del combate a la evasión y elusión fiscal. Ahora, para impulsar el crecimiento económico, el empleo con estabilidad y equidad, así como reducir la desigualdad regional, propone la inversión pública en infraestructura y el gasto en programas sociales.
Sin embargo, el crecimiento económico y la inflación se ven afectados negativamente por la prolongación de la pandemia del COVID-19, dadas las nuevas variantes de la enfermedad, y por el conflicto armando entre Rusia y Ucrania que presionan al alza el pecio de los alimentos, materias primas y generan escasez de insumos industriales.
Encontramos entonces cuatro propuestas gubernamentales: inversión en sectores estratégicos, Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), reformas laborales y acciones para atender rezagos sociales
Una de las metas prioritarias del actual Gobierno Federal es reducir la desigualdad entre personas y regiones, para tal efecto se plantea la inversión en sectores estratégicos, que incluye a la región sur-sureste, son una proyección del monto de inversión pública equivalente al 3.1% PIB.
En inversiones productivas se observa que la asignación prioritaria en Comunicaciones y transportes (51.5%). Respecto al avance del T-MEC, se ubica a México como el segundo socio comercial de Estados Unidos, “el 80% de las exportaciones mexicanas son destinadas a este país, de las cuales el 65% se concentran en industrias de tecnología”.
Otra oportunidad se vislumbra desde la recepción de inversión extranjera directa, al ocupar el noveno lugar a nivel internacional y la primera posición en Latinoamérica con una IED de 29 mil millones de dólares en el 2020.
En cuanto a las reformas laborales se sustenta el incremento anual del salario mínimo, con un crecimiento real de 76.3% durante la actual administración federal
Finalmente, entre las acciones para atender rezagos sociales, se continuarán desplegando diversos programas sociales focalizados.
A manera de reflexión, es importante la inversión en la infraestructura del país que facilite las actividades económicas en general, y aprovechar el T-MEC para dinamizar el mercado doméstico, pero ¿es necesario apostar por fortalecimiento de áreas que proyectan menor inyección de recursos a la economía mexicana? ¿podría ser una opción redireccionar una parte de la inversión en el sector de energía al gasto social enfocado en la formación de los ciudadanos?
Discussion about this post