Desde que murió su madre, en abril de 2018, Fermín Larregui ha enfrentado un embate legal para poder recuperar su patrimonio, una casa ubicada en La Herradura, Huixquilucan; la cual empezó disputando con quien fuera pareja de la fallecida doña Elda María García y Madariaga, y que se ha convertido en un “litisconsorcio pasivo legal”, un rimbombante término jurídico que justifica la ausencia de una sentencia cuando hay más de dos involucrados.
El afectado afirma estar desesperado, pues aunque él heredó legalmente la vivienda como albacea y único beneficiario, las leyes protegen a la expareja de su madre, Eduardo “N”, quien se niega a abandonar la casa, amparado en un usufructo vitalicio (derecho a disfrutar de por vida de un bien ajeno) y bajo el cobijo de un sistema judicial descompuesto.
Todo comenzó en una demanda de “desalojo” en contra de Eduardo “N” y se transformó en una disputa por la propiedad, cuando aparecieron presuntos compradores de la casa, que afirmaron haber adquirido la vivienda tiempo atrás y ahora buscan anular la escritura que acredita a Fermín Larregui como propietario.
Para el afectado, se trata de una confabulación para quitarle su casa a través de documentos apócrifos y colusión de abogados y jueces, ya que los documentos que han presentado los presuntos nuevos dueños incluyen la firma de Larregui y su madre.
Aunque ninguno de estos papeles está notariado, el Juzgado Noveno de lo civil del Distrito Judicial de Tlalnepantla con sede en Huixquilucan tiene atorado el caso, y ha dado paso a las declaraciones de Juan Neyra Alcalá, quien se presentó como albacea y heredero de María Ventura Yolanda Alcalá Zarco, la presunta compradora de la propiedad, cuyo testimonio no puede contrastarse, por haber fallecido.
Para Fermín Larregui no tiene sentido que una persona compre una vivienda que tiene un inquilino con un usufructo vitalicio y al cual no podrá “correr”; por lo cual considera que se trata de un entramado entre todos los involucrados para hacerse de su propiedad confabulados con los abogados de Eduardo “N”: Arturo Montoya Seferino y David Álvaro Millán Mojica.
El juicio civil, que lleva el juez Narciso Ayala Acevedo y contenido en el expediente 743/2019 “se ha alargado con trampas y papeles falsos de estas personas que están coludidas con la expareja de mi madre, la cual sabía del testamento antes de su muerte”, denunció el afectado.
Ahora, en medio de tanta disputa legal e irregularidades, Fermín también duda de las causas de muerte de doña Elda María García -una caída de la escalera-, ya que, afirma, en el momento del accidente solo su pareja estaba con ella y tardó en brindarle asistencia, pese a incluso tener un vecino médico.
Para demostrar la falsedad de declaraciones y el uso de documentos apócrifos, Larregui alista la realización de un peritaje de su firma y la de su mamá, al considerar que ella jamás hubiera vendido su casa, y, en caso de hacerlo, le hubiera advertido para evitar todos estos problemas.
Reconoce estar cansado y lamenta que en lugar de ayudar, la justicia solo pone trabas al proceso, toda vez que el juez le fue cambiado y al último momento el nuevo juzgador modificó su sentencia, determinando que en lugar de una demanda por “despojo” ésta tenía que ser una disputa por la propiedad.
“Yo tengo todo legal y me están volteando todo. Me estoy gastando un dineral, todo lo que tengo en juicios, que yo creo es lo que están buscando estos señores para que en un momento desista y se queden con la propiedad. Me voy a quedar sin un quinto y sin la propiedad”, lamentó.
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