En tribunales, así detiene el ICE a migrantes indocumentados

En Nueva York, especialmente, los arrestos realizados en los tribunales por parte del ICE han provocado un aumento de las detenciones de migrantes indocumentados sin antecedentes penales.
Las autoridades migratorias solían mantenerse al margen de los tribunales y juzgados. Sabían que su presencia podía intimidar a los migrantes y disuadirlos de recurrir al sistema legal.
¿Migrantes caen en una trampa?
Eso cambió en mayo, cuando el gobierno de Donald Trump empezó a detener a algunos migrantes que se presentaban a las citas obligatorias en los tribunales para acelerar sus expulsiones. Las detenciones han hecho que los juzgados se conviertan en lugares en los que se ve en directo la campaña de represión migratoria de Trump.
Agentes enmascarados vigilan los juzgados. Los migrantes acuden a sus audiencias sin saber si están cayendo en una trampa. Las detenciones a veces se convierten en intensos forcejeos en pasillos también abarrotados de fotógrafos, activistas y políticos.
A menudo, los familiares se quedan atónitos.
“Su arresto fue como el show del día”, dijo Porfiria Lopez, una de las hermanas de Lopez Benitez. “La pregunta que nos seguimos haciendo es: ¿cómo deciden a quién se llevan? ¿Es al azar o es teatro?”.
Lopez Benitez, quien es de Paraguay, cruzó la frontera sur en mayo de 2023. Fue detenido brevemente por agentes de la patrulla fronteriza en Arizona, sometido a un proceso de deportación y puesto en libertad en Estados Unidos mientras su caso avanzaba en los tribunales. Viajó a Nueva York, donde se reunió con sus dos hermanas, que son ciudadanas estadounidenses. Vivía en Queens, trabajaba en la construcción y no tenía antecedentes penales, según su familia y sus abogados.
Anatomia de una detención del ICE
Como muchas personas acusadas de entrar de manera ilegal en Estados Unidos, Lopez Benitez se presentaba regularmente a las citas judiciales relacionadas con su proceso de deportación, un proceso legal en el que un juez migratorio decide si una persona que entró ilegalmente debe ser expulsada del país. Como parte de ese proceso, Lopez Benitez había solicitado asilo, un tipo de protección legal para migrantes que temen regresar a sus países de origen.
Las hermanas de Lopez Benitez lo animaron a presentarse a su siguiente audiencia, el 16 de julio, en el tribunal ubicado en el 26 de Federal Plaza, a pesar de las detenciones que se estaban llevando a cabo allí. Llegó con sus hermanas y la audiencia pareció ir bien, y el juez programó su próxima audiencia para 2029, para escuchar los argumentos de su solicitud de asilo.
Una fecha de audiencia tan lejana no es algo inusual. Es el resultado del enorme retraso en los tribunales migratorios, donde se han acumulado millones de casos durante años, una situación que ha generado frustración a los funcionarios de Trump y ha dejado a muchos migrantes en el limbo mientras se revisan sus solicitudes de asilo.
Pero al salir del tribunal, fue rodeado por agentes federales. Lo detuvieron y se lo llevaron. Lo enviaron a una celda de detención abarrotada en el número 26 de Federal Plaza por tres días, antes de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas lo trasladara a un centro de detención a más de 2 mil 500 kilómetros, en Houston.
Los abogados de Lopez Benitez, que presentaron una moción legal solicitando su liberación, no entendían por qué lo habían detenido en medio de su proceso de deportación en curso. Alegaron que su detención violaba sus derechos procesales, que no suponía un peligro ni un riesgo de fuga y que debía ser puesto en libertad mientras se resolvía su caso de inmigración.
En documentos legales, los abogados del gobierno afirmaron que Lopez Benitez estaba sujeto a detención obligatoria por haber entrado ilegalmente en el país y que no tenía derecho a una audiencia para solicitar fianza. Añadieron que sus abogados no habían demostrado ninguna “circunstancia extraordinaria” que justificara su liberación.
La semana pasada, Lopez Benitez recibió un indulto: un juez federal, Dale Ho, ordenó que fuera liberado de la custodia del ICE y devuelto a Nueva York mientras proseguía su caso de deportación, con lo que su abrupta detención quedó en nada.
El jueves, dos semanas después de la detención de Lopez Benitez, el ICE comunicó a la familia que sería trasladado de nuevo al 26 de Federal Plaza hacia las 6 p. m. La agencia no les dijo mucho más.
El edificio estaba cerrado cuando las hermanas se presentaron, así que rodearon su perímetro bajo una llovizna hasta que encontraron una salida lateral por la que esperaban que saliera su hermano.
Esperaron, nerviosas, durante una hora, sosteniendo un cartel con garabatos de Spiderman, el superhéroe favorito de Lopez Benitez, y algunos saludos: Bienvenido. Te extrañamos.
Confundieron a unos cuantos trabajadores que salían del edificio con Lopez Benitez, hasta que divisaron una figura imponente y familiar que caminaba hacia las puertas de cristal de la salida. El hombre se acercó. Llevaba una sudadera blanca y pantalones deportivos, y lo escoltaban dos agentes.
Se acercó aún más, y su inconfundible pelo rizado se hizo más evidente. Era él.
Las hermanas se precipitaron, gimiendo, saltando para abrazarlo.
Lopez Benitez sollozaba.