* Con 50 años como agente aduanal, el constructor del Corporativo Enciso recomienda que los mexicanos debemos aprovechar la gran oportunidad que se presenta hoy al país con la relocalización de las empresas que estaban en China
“Si para la economía somos importantes, para la salud somos el número uno y, más aún, somos el principal filtro para la seguridad nacional”, expresa Manuel Óscar Enciso Villarreal, al hablar sobre importancia del agente aduanal en el comercio internacional de nuestro país, actividad a la que se ha dedicado más de 50 años, desde que decidió dejar la capital del país para asentarse en el Puerto de Veracruz, convocado por las enseñanzas de su abuelo Manuel.
Alegre, disfrutando de la vida después de superar una enfermedad que lo tambaleó más no lo derribó, el empresario originario de la colonia Nativitas de la Ciudad de México, ex compañero en la escuela primaria de personajes como el recién fallecido Jorge Berry, Pedro Ferriz de Con y del exsecretario de Hacienda José Ángel Gurría, recuerda a aquel abuelo que con disciplina militar lo introdujo al mundo de los agentes aduanales, desde donde forjó una empresa que hoy es el pilar de la familia con otros dos agentes aduanales como Edmundo y Óscar; Santiago y Carlos que se dedican al transporte ligado a la empresa y Elia, la mujer entre varios hombres.
Revela Manuel Enciso que su abuelo fue fotógrafo en la Revolución, quien llegó a ser coronel y de ahí trabajó con los militares de la época, y “de ahí dio el brinco a Aduanas, junto con otro tío-abuelo, Gregorio Enciso Rivera, hermano mayor de él, que en aquellos años era el cajero principal en la aduana de Veracruz”, cargo que tenía el valor de lo que hoy es el administrador de la aduana.
“Tanto mi abuelo como mi tío Gregorio vivieron en los laterales de lo que hoy es el recinto de la Armada de México, que era la Aduana Marítima de Veracruz, un palacio ahí, adentro de su palacio”, rememora Enciso Villarreal, quien también revela que comenzó a ir a Veracruz de la mano de su abuelo cuando tenía cuatro años de edad, con el permiso de su madre, una maestra normalista originaria de Saltillo y su padre, Manuel también, quien se ganaba la vida como comerciante.
Manuel Enciso Villarreal inició lo que hoy es el Corporativo Enciso en el año de 1970, “con dos empleados, el teléfono de la cocina de la casa de mis padres y una oficina prestada en Veracruz, de López Hermanos, un agente naviero, y con apoyo del gerente de su abuelo, quien a su vez fue abuelo de la cantante Yuri, el señor Canseco”. Y de aquellos dos empleados iniciales y el apoyo de los otros dos personajes, 50 años después, ya son 494 los que conforman la compañía que tiene oficinas en casi todas las aduanas del país, “con excelentes socios, agentes aduanales, de negocios y empleados responsables y leales”.
De su carrera como dirigente empresarial recuerda que “lo más hermoso fue a llegar a ser presidente de la Coparmex Veracruz, no de una comisión sino presidente de Coparmex, Veracruz, donde para acabar pronto se generaron los primeros y más importantes nexos de negocios con socios de la Coparmex Nacional”.
Y de allí surgió más adelante el Consejo Empresarial de Veracruz, A.C, del que fue presidente fundador, organismo que posteriormente se convirtió en el Consejo Coordinador Empresarial de Veracruz. Además, Enciso Villarreal también presidió la Asociación de Agentes Aduanales del puerto.
Mientras recuerda todas las anécdotas desde que realizaban la documentación con espirógrafo, pasando por el telefax y ahora, ya, mediante la tecnología digital, dice que han pasado mil historias en el área de la actividad aduanal que él aprendió con el Código Aduanero y que hoy es una ley, la cual ha recibido miles de cambios e interpretaciones.
Con 50 años de trayectoria, Manuel Enciso Villarreal destaca que ser agente aduanal es una actividad muy importante para la economía, “más somos número uno para la salud porque revisamos todo; si viene algún cargamento de medicamentos primero lo pasamos por rayos ultravioleta para ver si son buenos o falsos; somos el filtro para que no pase porquería a México, somos el primer filtro de seguridad nacional”.
Y también, dice, son “los primeros recaudadores de impuestos del país; los primeros que cumplimos los requisitos para tener probidad y liquidar al Sistema de Administración Tributaria (SAT) todo lo que se le debe. Todos los días, 24/siete, cuidamos que la gasolina y el petróleo que entra al país sea originario, que sea verdaderamente de gente que está autorizada y que el comprador particular mexicano esté autorizado de poderlas importar”.
Afirma que la actividad del agente aduanal es una labor social porque trabajan no sólo “para el gobierno, sino también para el pueblo, para la seguridad nacional, para la salud” y agrega que es una actividad que poco se ve en el escenario de la economía nacional, pero sin duda, importante.
Así, Manuel Enciso realiza un llamado a que los mexicanos debemos aprovechar la gran oportunidad que se presenta hoy al país con el nearshoring o relocalización de las empresas que estaban en China hacia un sitio más cercano al mayor mercado mundial que son los Estados Unidos y afirma que la mejor estrategia es ayudar a crecer a la gente con talento. “Vamos a ser ricos en el corazón, ricos en la mente, darle de comer a los niños, luchar por los menores y en lugar de que se nos vayan a Estados Unidos o a Europa, o a donde sea, impulsarlos aquí, porque hay recursos para que se queden aquí, sólo hay que alentarlos”.
En este tenor recuerda que él, a pesar de haber cursado sus primeros años en una prestigiosa escuela particular, cursó la educación media superior en la Prepa 5 y la licenciatura en la UNAM, dos escuelas públicas de las que se siente orgulloso “de ser puma”.
Y al hablar de talento recuerda a sus hijos, uno que vive en Vancouver, Canadá, Adrián David quien a través de su ingenio para los videojuegos trabaja para empresas japonesas, y Manuel Alexis quien, sin ser agente aduanal nato, por su capacidad logró conseguir la patente y hoy es el director general del Corporativo Enciso.
Discussion about this post