Por Carlos Meraz, médico especializado en diabetes
“Humanizar” la enfermedad podría ser una nueva herramienta de salud pública. En enfermedades de alta prevalencia se asume que antropomorfizar una enfermedad cambia el cómo nos sentimos al respecto y los pasos que tomamos para evitarla.
Cuando se establece una distancia convencional con alguna enfermedad, las personas somos más reacias a ignorar los factores de riesgo porque en el imaginario es “algo ajeno”. Sin embargo, si dotamos de personalidad al Covid, por ejemplo, lo transformamos en un encubierto agente sigiloso que intenta evadir el sistema inmunológico, tendemos a cuidarnos más.
Según un estudio de la Escuela Kellogg, probablemente tomará mayores precauciones contra un agente furtivo que un virus simple y viejo. La investigación muestra que las personas son más propensas a cumplir con las recomendaciones de salud cuando las enfermedades se antropomorfizan y se les dan rasgos similares a los humanos, como nombres, personalidades o trabajos.
Investigaciones anteriores demuestran que antropomorfizar nuestros coches y perros, es decir darles dimensiones humanas, nos hace sentir más cerca de ellos. Lo mismo ocurre con las enfermedades. La cercanía a la enfermedad desencadena sentimientos de vulnerabilidad.
Así, pensar en una enfermedad en términos humanos, nos hace sentir más vulnerables, porque percibimos la presencia de la diabetes, por ejemplo, como algo real y nos lleva a cuidar más nuestra alimentación, hacer ejercicio, seguir prescripciones médicas.
El vínculo entre el antropomorfismo y el cumplimiento de la salud es un tema que comienza a tener gran interés en las políticas públicas. Se asume que pueden ser un factor primordial en el tratamiento de pandemias y enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades renales e hipertensión.
En un estudio se consideraron 166 participantes estadounidenses para completar un estudio en línea. Ellos leían sobre un escenario en el que podrían estar expuestos a la fiebre amarilla, una infección viral que se propaga a través de las picaduras de mosquitos. La otra mitad de los participantes leyó que «Mr. Yellow Fever” era sólo «fiebre amarilla». Los participantes eran más propensos a tomar precauciones contra “Mr Yellow Fever»
Los participantes estaban más dispuestos a cumplir con las recomendaciones de salud cuando se enfrentaban a una enfermedad antropomorfizado en comparación con la que no tenía rasgos humanos.
En sí, el antropomorfismo conduce a mayores sentimientos de cercanía psicológica, lo que a su vez crea una mayor sensación de vulnerabilidad, lo que resulta en una mayor disposición a cumplir con las recomendaciones de salud.
El reto ahora es idear como dotar de personalidad a la enfermedad. Todas las ideas son bienvenidas.
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