Ganaderos de la frontera norte de México lamentaron el impacto sanitario y económico por la detección esta semana del gusano barrenador en el límite sur del país, lo que ha provocado que Estados Unidos suspenda la importación del ganado mexicano.
La alerta entre productores en Chihuahua, limítrofe con Texas, crece después de que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) detectó esta semana un animal infectado que venía del extranjero, por lo que el Departamento de Agricultura estadounidense pausó la internación de ganado mexicano.
Aunque el hallazgo del gusano, una infestación provocada por las larvas de una mosca que se alimentan del tejido de los animales, ocurrió en Chiapas, fronterizo con Centroamérica, el impacto se resiente en Chihuahua, afirmó a EFE Santiago de la Peña, secretario general del Gobierno de Chihuahua.
«Recordemos que Chihuahua, no solo por tradición, es un estado ganadero, sino sabemos que nuestro estado es el principal exportador a los Estados Unidos de ganado de varios tipos», expuso.
Chihuahua, el estado más grande de México, exportó cerca de 400 mil cabezas de ganado a Estados Unidos, con ingresos superiores a los mil 500 millones de pesos.
Con el cierre de la frontera, cientos de camiones han quedado varados y las ventas internacionales se han paralizado mientras el aumento en los costos derivados del transporte adicional para proteger al ganado empieza a asfixiar a los productores.
«Y por supuesto nos preocupa que, por falta de control en otros estados, incluso en la frontera sur del país, pudiéramos estar viendo vulnerada una de las actividades emblemáticas de nuestro estado”, agregó De la Peña.
Medidas de emergencia
Para evitar el avance del gusano barrenador, los ganaderos de Chihuahua trasladan sus animales a ranchos más seguros y lejos de las rutas de posible contagio, una medida preventiva que también representa un desafío logístico y financiero.
“(Hay que) trabajar de la mano con el gobierno federal en proteger a esta valiosa actividad que tenemos los chihuahuenses que, como saben, no solo es una tradición, sino es una actividad que genera muchos empleos y muchísima actividad económica en el estado de Chihuahua”, urgió De la Peña.
La crisis no solo afecta a los ganaderos, sino también a toda la economía regional de Chihuahua, pues el sector ganadero emplea a miles de personas de manera directa e indirecta, desde rancheros hasta transportistas y trabajadores en mataderos.
Con la exportación detenida y los costos en aumento, muchos temen despidos masivos y el colapso de pequeñas empresas relacionadas con la actividad.
Por ello, líderes ganaderos de Chihuahua han exigido al gobierno federal una respuesta inmediata, incluyendo subsidios para los costos de transporte y un diálogo urgente con las autoridades.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, garantizó que existen «cinturones de sanidad para evitar que haya contaminación de ganado que viene principalmente por la frontera sur».
«El Gobierno de Estados Unidos, particularmente, el Departamento de Agricultura o Ganadería, puso una medida cautelar de inmediato. Y están en comunicación permanente con el secretario (de Agricultura de México) Julio Berdegué y esperamos que se resuelva esta misma semana», declaró en su conferencia matutina del miércoles.
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