Una barrera de hielo de una superficie equivalente a la ciudad de Los Ángeles se fundió totalmente la semana pasada en el este de la Antártida durante la ola de “calor” sin precedentes que afectó a la región, según indicaron científicos el viernes.
“Colapso total de la plataforma de hielo Conger en la Antártida del este el 15 de marzo (unos mil 200 km2)”, señaló la científica de la NASA Catherine Colello Walker, al publicar en su cuenta de la red Twitter imágenes de satélite del acontecimiento.
Esto equivale aproximadamente al tamaño de las ciudades de Los Ángeles o de Roma, que todavía está muy lejos de los mayores témpanos.
Esta barrera ubicada en el área conocida como Tierra de Wilkes había comenzado a desintegrarse hace varios años, pero la semana pasada registró “su colapso final”, señaló a la AFP Jonathan Wille, del Instituto de Geociencias Ambientales de Grenoble, Francia, sugiriendo una “relación” con la ola de calor “sin precedentes” que azotó al continente helado la semana pasada.
Según el Centro Nacional del Hielo, la agencia estadounidense que vigila el hielo flotante, la desintegración de esa plataforma dio lugar a un témpano de casi 30 km de largo y 18 km de ancho, llamado C38, que luego se rompió en dos pedazos.
La formación de témpanos, conocido como “parto”, es un proceso natural, pero el calentamiento del aire y los océanos contribuyen a acelerarlo, de acuerdo con los científicos.
Y “el colapso de la barrera del Conger es más significativa porque coincide con un fenómeno de calor extremo”, subrayó a la AFP Peter Davis, oceanógrafo del centro de investigación British Antarctic Survey.
Un “parto” no significa necesariamente la desintegración total de una barrera de hielo, nombre que recibe la extensión de los glaciares sobre el mar.
No es la primera vez que una barrera de la Antártida se desintegra por completo. En 2002, la plataforma Larsen B, mucho más grande, se derrumbó, pero se encontraba en la Península Antártica, al otro lado del continente.
La plataforma de Conger “puede ser más pequeña, pero está en la Antártida del Este, una zona que estimábamos menos vulnerable”, tuiteó Andrew Mackintosh, de la Universidad de Monash (Australia). “Esto es una llamada de atención”, subrayó.
El este del continente helado, cuya capa contiene suficiente hielo para elevar el nivel del mar en decenas de metros, sufrió la semana pasada una excepcional ola de calor que sorprendió a los científicos, con temperaturas de hasta 40°C superiores a las normas estacionales.
No es posible en el momento en que se produce un fenómeno atribuirlo al cambio climático, pero la intensificación de las olas de calor está alineada con las predicciones de los científicos.
En general, la Antártida, al igual que el Ártico, se está calentando más rápidamente que el promedio media mundial, que ha subido aproximadamente +1,1°C desde la época preindustrial.
“Si esta ola de calor es un precursor de las futuras condiciones en la región, entonces este parto es muy significativo y los científicos harán todo lo posible para entender cómo están relacionados estos dos hechos”, insistió Peter Davis.
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