El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que exista una revancha del Ejército mexicano en contra del exsubsecretario de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas, por el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Lo anterior debido a que Encinas revelara en una columna en El Universal que compareció en calidad de testigo en una audiencia solicitada por la defensa de los elementos del Ejército acusados de participar en la desaparición de los estudiantes, hecho ocurrido en septiembre de 2014.
“No, fue testigo y además todos tenemos que contribuir y hablar con la verdad, y no hay ningún problema. No debe de haber fueros para nadie, menos en estos casos”, externó.
“Y hablar sobre lo que se hizo porque si se cometieron errores también hay que decirlo. Pero no pasa nada, nada, absolutamente y ojalá y todos, todos, todos, participen”, expuso López Obrador en su conferencia matutina.
En su texto, el exsubsecretario expone que en un “episodio emblemático del realismo mágico que caracteriza la vida pública de nuestro país, y en un acto sin precedente”, el pasado 25 de julio compareció como testigo, por el ejercicio de sus funciones cuando fungió como presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, ante la audiencia solicitada por los militares indiciados como presuntos responsables de actos delictivos vinculados con la desaparición de los estudiantes.
Encinas escribió que la audiencia se llevó a cabo de manera profesional y diligente por la jueza Raquel Ivette Duarte Cedillo y si bien expuso que no tendrá mayor efecto en el proceso que siguen los militares, “sienta un precedente lamentable respecto a la participación de elementos de las fuerzas armadas en procesos que involucran a una autoridad civil, y en particular en casos vinculados a violaciones graves a los derechos humanos”.
La audiencia forma parte de la errática estrategia de la defensa que ha pretendido litigar a través de los medios de comunicación este proceso, alentando una campaña de amenazas y acoso judicial, que a final de cuentas no se concretó dada la ausencia de los abogados que amenazaron con “interrogarme hasta el cansancio”.
El exfuncionario recordó que “no hay precedente, en ningún gobierno democrático, de que un mayor de justicia militar interrogue a un civil que encabezó los trabajos de una Comisión de la Verdad”.
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