El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ya tiene avanzados planes para llevar a cabo su promesa de grandes deportaciones de inmigrantes ilegales, comenzando por la construcción o ampliación de grandes centros donde se llevará a los inmigrantes previo a su expulsión, según la cadena CNN, que cita varias fuentes no identificadas con conocimiento de esos planes.
Una de las opciones es ampliar las llamadas prisiones de condado, señala la cadena, que no precisa dónde estarían los nuevos grandes centros, pero asegura que funcionarios de interior (Homeland Security) ya tienen identificadas varias ciudades, presumiblemente cerca de la frontera con México.
Apunta además que hay planes para comprar grandes cantidades de camas o jergones donde colocar a los inmigrantes durante el proceso de expulsión.
Para que las expulsiones puedan llevarse a cabo, Trump necesitará hacer obligatorias las detenciones de indocumentados, quienes con frecuencia son liberados por falta de recursos federales para mantenerlos. Para ello estaría contemplando emitir una orden ejecutiva.
La financiación de todo el plan de detención y expulsión se presenta ahora como el principal escollo, y CNN asegura que los asesores de Trump exploran dos vías: una, redistribuir fondos de otras agencias federales, y dos, declarar una «emergencia nacional» para conseguir fondos del Pentágono, algo que Trump ya hizo en su primer mandato.
Hasta ahora, ningún miembro del equipo de Trump ha hablado abiertamente de todos estos planes, y la portavoz del equipo de transición, que será desde enero portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, se limitó a recordar a CNN que Trump fue elegido con «el mandato de cumplir sus promesas en la campaña. Y las cumplirá».
En su primera era como presidente (2016-2020), Trump deportó a 1.5 millones de inmigrantes, una cifra mucho más pequeña que los 2.9 millones deportados en el primer cuatrienio de Barack Obama, y menor también a los 1.9 millones del segundo periodo de Obama, recuerda la cadena.
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