PULSO
Eduardo Meraz
Será la edad o, tal vez, la proximidad del fin, lo cierto son las manifestaciones desbocadas del presidente totalmente Palacio Nacional y, lo más inquietante, la “incontinencia legislativa” expresada al iniciar el presente año, pues pasó de tres, a 10 o a 20 iniciativas de reformas al marco legal del país.
También significativa la fecha en la cual pretende dar a conocer sus “caprichos jurídicos”, el 5 de febrero, aniversario 107 de la Constitución de 1917, en aras de dejar un legado “huizachero-poquitero” y pasar a la historia como el gran reformador y no como el gran mandatario.
En realidad, el fondo del alud de sus propuestas legislativas, no buscan mejorar la vida de los mexicanos; por el contrario, están encaminadas a cancelar derechos, libertades y aspiraciones, aunque las disfrace de medidas justicieras.
El anuncio de las futuras reformas y la presentación de éstas, previo al inicio de las campañas presidenciales, tiene dos objetivos claros. De una parte, darle parque a su “bastonera” y a su partido político y, de la otra, ser “tapadera” de los fracasos y corrupción de su gobierno.
Experto en marrullerías, el habitante temporal del palacete virreinal sabe del cúmulo de información en manos de la oposición a punto de ver la luz pública, en donde saldrán a relucir los otros datos, los de la realidad, sobre una administración inepta, pero de jugosos negocios.
Su “economía moral” se tradujo en volver más ricos a los ricos, creó una nueva camada de millonarios, en connivencia con familiares, militares y funcionarios de su gobierno; detener la movilidad social a empequeñecer a la clase media; mantener casi inalterada las desigualdades y entregar deplorables servicios públicos.
En materia de seguridad, haber triplicado las fuerzas encargadas de la seguridad pública, de poco sirvió, pues se estima que, durante su sexenio, habrán asesinado a alrededor de 200 mil personas y otras 50 mil estarán desaparecidas. Es decir, será el gobierno de los sepulcros, con buena parte del territorio convertido en fosas.
Con base en diferentes fuentes, el nivel de corrupción alcanzado durante el cuatroteísmo no tiene parangón en la historia, pues los casos hechos públicos a la fecha son apenas la punta del iceberg de los miles de millones de pesos que han ido a parar a los bolsillos del oficialismo.
Estas y muchas otras denuncias y publicaciones que difícilmente podrá frenar el presidente palaciego, en donde se desnudan sus tropelías, legales e ilegales, son la motivación para impulsar su paquete legislativo. Proyecto autodefensivo y vengativo100 por ciento.
Para ello, profundizará sus críticas a opositores, mediante la utilización de un lenguaje cada vez más ofensivo, como lo anticipó este martes al referirse a dos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación propuestos, calificándolos de “traidorzuelos”, por reconocer que la ley sí es la ley.
Todo por haberse negado a la “militarización” de la seguridad pública y, de alguna manera, limitar las posibilidades de convertirla en su “guardia pretoriana”, cuyas primeras acciones de limitar la democracia han empezado a aparecer, al impedir manifestaciones en apoyo de la aspirante opositora Xóchitl Gálvez.
Las posibilidades de que los votantes rechacen la continuidad del proyecto cuatroteísta el 2 de junio próximo, es directamente proporcional al nivel de “incontinencia legislativa”. El número de iniciativas de reformas constitucionales es proporcional al tamaño del miedo en Palacio Nacional.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
En relación con lo anterior, Mario Delgado y Claudia Sheinbaum Mario Delgado, externaron su inquietud por la marcha convocada por la sociedad civil, cuyo único orador será el exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova; según ellos, “viola la ley electoral”, porque se realizará en el tiempo de intercampañas y Morena analizará si presenta alguna denuncia.
@Edumermo
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