Por Roger Hershberger, filántropo y conferencista de Jiménez Tamaulipas.
Fundé la Asociación civil México Progresa Leyendo para llevar bibliotecas a los lugares más recónditos de México. A caballo llegué a los sitios rurales más apartados de nuestro país.
Hoy ya son 16 bibliotecas comunitarias, elaboradas con materiales rudimentarios pero resistentes. La voluntad y el amor conformaron los ladrillos más sólidos que dieron forma y vida a estos recintos.
En terruños apartados e inhóspitos, testifiqué como ojitos inocentes y polvorientos observaban los libros dispuestos en “huacales”: cajones de madera empleados para transportar legumbres y frutas que habilitamos como libreros.
Para crear estas bibliotecas empleamos láminas acanaladas de acero para conformar techos y paredes.
Otros elementos rudimentarios que usamos fueron el alambre quemado, las pinturas de aceite y unas brochas. Estos materiales, junto al mobiliario conformado por mesas de plástico, se convirtieron en bibliotecas, vehículos para que los niños arriben a lugares nuevos y maravillosos. Son el punto de partida a mundos mejores.
Una biblioteca representa una coraza a los mundos hostiles y difíciles. Es la entrada a nuevos universos que ya existen o no, pero son reales. La biblioteca es un pasadizo a la imaginación y a la movilidad social.
Así, en el corazón de la sierra, las bibliotecas comunitarias catapultan dotes artísticas con crayolas de colores. Ahí se busca la esperanza en un dibujo. Aparece la génesis de ideas para elaborar un proyecto de vida al saber más, subsistir y tener mejoras en diferentes ámbitos de vida…
¿Para qué sirve México Progresa Leyendo? Para que se marque una diferencia secular. Hoy, mucha gente en lugares apartados sabe leer. “Aunque sea despacito”, dicen muchos de ellos. Pero saben leer. Las sombras del analfabetismo y su falta de oportunidades se extinguen poco a poco.
En nuestras bibliotecas comunitarias bulle una vida nueva. Ahí se dan clases de alfabetización y de concientización literaria. Otras albergan asilos de ancianos y también orfanatos.
Pero mientras acercamos semillas de cambio en terruños olvidados, aparecen nuevas disrupciones en la vida comunal: la digitalización impone al homo sapiens cibernético. Es el principio de un vacío y la carencia de héroes para los niños. Si durante mucho tiempo los padres representaron un ideal, con la era digital dejaron de serlo. En la percepción de los infantes se limitaron a ser sólo proveedores.
Hoy la vida, las circunstancias, nos orillan a estar lejos moral y físicamente de nuestros hijos.
¿Dónde quedó el protagonismo de padres y madres?, ¿Hoy sólo somos actores de segunda o de relleno en la vida de nuestros hijos?
Los niños no quieren padres ausentes y virtuales. La soledad los orilla a buscar héroes que fortalezcan su vida. Entonces, se requiere rescatar el protagonismo amoroso de los padres, La lectura compartida de padres a hijos es un programa que idee para establecer la génesis de una nueva relación que cimenta cercanía, imaginación, valores e ideas. Un programa que permite que los padres recobren el protagonismo en la vida de sus hijos y vuelvan a convertirse en los héroes que buscamos siempre.
Y mientras tanto, trabajo por un credo vivo: México progresa leyendo.
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