La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) prevé que al cierre de este 2023 crezca en un 3 por ciento la demanda de fertilizantes químicos para alcanzar el objetivo de cumplir con la necesidad mundial de alimentos.
De acuerdo con datos del organismo, el requerimiento de este tipo de nutrientes para el suelo está relacionado con el papel preponderante que tienen los cereales a nivel global.
“Los cereales siguen siendo con gran diferencia la fuente de alimentos más importante del mundo, tanto para el consumo humano directo como, de una manera indirecta, para los insumos de la producción pecuaria. Por tanto, lo que ocurra en el sector de los cereales será crucial para los suministros mundiales de alimentos”, se lee como parte de uno de sus informes.
En ese sentido, la FAO calcula que la importación de los granos será más notoria en los países en desarrollo, donde para 2030 se podría llegar a 265 millones de toneladas de cereales, es decir, el 14 por ciento de su consumo.
Entre 2021 y 2022, los agricultores se enfrentaron a un encarecimiento sin precedente de los fertilizantes como producto de la pandemia por Covid-19 y del conflicto armado entre Ucrania y Rusia, ya que el insumo se obtiene mayormente en el extranjero.
“Cada subida de un 10 % en el precio de los fertilizantes genera un aumento del 2 % en el costo de los alimentos, recayendo el peso de la carga más duramente sobre las personas pobres, que gastan una proporción mayor de su presupuesto en alimentación”, ha informado al respecto la FAO.
De enero a septiembre de este año, México importó volumenes récord de fertilizantes. Según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) en los primeros nueve meses de 2023, se trajeron 3.6 toneladas de abono, lo que representa un alza de 29.8%.
En 2020, entre 720 y 811 millones de personas en el mundo se enfrentaron a situaciones de hambre; sumado a que en el mismo año los registros mostraron que de los 768 millones de personas con desnutrición, 82 millones vivían en África, 418 millones en Asia y 60 millones se concentraban en América Latina y el Caribe.
Ante este panorama la Organización ha apuntado a avances en el fitomejoramiento y una transición hacia sistemas de producción más intensivos, con el fin de crecer la capacidad de los cultivos.
En México la administración actual ha dado paso a programas como ‘Fertilizantes para el Bienestar’ para apoyar con abono a los productores del campo; en ese sentido, Petróleos Mexicanos (Pemex) adelantó que cerrará el sexenio con un alza de 64.7% en la producción de fertilizantes, es decir, 1.3 millones de toneladas totales.
En tanto, desde la iniciativa privada se impulsan proyectos como el de Fermachem, empresa 100% mexicana que realizará una serie de mesas de trabajo en Armería, Colima, para otorgar información sobre los mil 500 millones de dólares que busca invertir para edificar una planta con tecnologías diseñadas por KBR y Stamicarbon, líderes en la producción de fertilizantes con 260 instalaciones a nivel global.
A su vez, en Tamaulipas ha sido palomeada la construcción de otra planta de fertilizantes con una inyección de 300 millones de dólares, luego del acuerdo concretado entre Pemex y el gobierno del estado para generar 15 mil toneladas anuales, a fin de contribuir a la soberanía alimentaria.
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