Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa líder en divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
La filantropía en los mercados emergentes tiene una larga historia. Lo que cambia ahora es el grado en que se organizan las asociaciones civiles del segundo sector o que ofrecen donaciones a organizaciones que trabajan de manera directa con la población vulnerable.
En Latinoamérica a menudo se realiza través de empresas familiares. Esto tiene sus retos. Las familias adineradas que históricamente hacían donaciones privadas, ahora quieren que sus hijos entiendan por qué y cómo donar, pero puede que no sepan cómo hacerlo.
Sin embargo, no saben cómo implicar a las nuevas generaciones y otras ignoran cómo ser visibles o incluso son renuentes a dejar el anonimato por cuestiones religiosas o porque asumen que las donaciones públicas sólo conducirán a más peticiones de financiación.
A pesar de estas dificultades, el número de fundaciones familiares, fuera de los centros filantrópicos tradicionales de Europa y Norteamérica, se dispara a medida que cambian las costumbres culturales y las familias son más conscientes de las ventajas de un enfoque estructurado de las donaciones.
Trasfondos de la caridad
¿A qué se debe este auge de la caridad? Para la mayoría de las familias, la filantropía es un fin en sí mismo, una forma de cumplir con un sentimiento de obligación hacia el prójimo, de cumplir con un sentido de obligación hacia la sociedad en la que ganaron su riqueza.
Sin embargo, también está el deseo de inculcar valores, reforzar los lazos familiares y promover el conocimiento y el liderazgo.
Además, la filantropía puede ser una poderosa herramienta para mejorar la reputación de una corporación. Los esfuerzos filantrópicos también pueden generar valor financiero para la empresa familiar al mejorar la atracción, la moral y la retención del talento.
La filantropía empresarial mejora la atracción, moral y retención del talento, facilita la entrada en nuevos mercados, permite conocer las necesidades de los consumidores locales y mejorar las relaciones con los gobiernos locales.
Asimismo, los líderes empresariales saben que los consumidores esperan que las empresas cada vez se involucren más en cuestiones medioambientales, sociales y políticas. Y ya sea a través de la empresa familiar o de una fundación, se puede iniciar un círculo virtuoso en el que hacer el bien conduce a un aumento de la productividad.
Ahora, más allá de que cualquier asociación civil, se requiere una capacitación plena de cómo consolidar la Organización NO Gubernamental y reflexionar sobre esto:
¿Por qué lo hacemos?, ¿Qué queremos conseguir?, ¿Qué podemos ofrecer?, ¿Quiénes son los otros actores? ¿Qué hacen bien? ¿Qué falta? ¿Cuál podría ser nuestra oferta distintiva?
Una parte sustancial del éxito en las asociaciones civiles se establece a través de la cuidadosa planeación y esta inicia con clarificar conceptos trascendentales que marquen pautas, modos de conducta y gestión. La filantropía se profesionaliza aún en las economías emergentes.
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