La periodista María Luisa Estrada, colaboradora del medio digital Grillotina Política, fue víctima de un ataque armado el pasado 15 de julio en la ciudad de Guadalajara, junto a una menor que la acompañaba.
A pesar de las detonaciones, ambas salieron ilesas. Sin embargo, la falta de protección y atención por parte de las autoridades municipales, estatales y federales ha generado una profunda preocupación en la comunidad periodística y defensores de derechos humanos.
El relato de los hechos, dado a conocer por Estrada, detalla que el ataque se produjo cuando un hombre en una camioneta se cerró intencionalmente frente a su vehículo y efectuó varios disparos hacia ellas. Gracias a la ayuda de otros conductores, la periodista logró escapar del agresor y buscar refugio en el centro de Guadalajara, donde solicitó apoyo a agentes de la policía turística.
Sin embargo, las amenazas que recibió en los momentos posteriores al ataque han generado indignación: Un agente de la policía de Guadalajara le advirtió que debía “bajarle” a su trabajo, desestimando la gravedad del incidente.
“Pero al bajar de la ambulancia se me acercó un elemento de la policía de Guadalajara para darme un mensaje directo y puntual, me dijo que pertenecía al área de violencia contra la mujer y dijo: ‘si te hubieran querido matar te hubieran matado, pero esto fue un mensaje para que le bajes, ya bájale mija’”.
Posteriormente, al intentar presentar su denuncia en la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) se encontró con la negativa de recibir su declaración y fue sacada de las instalaciones.
Estrada buscó apoyo en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del gobierno federal. Sin embargo, la ayuda ofrecida no cumplió con las expectativas iniciales, ya que se le propuso una reubicación que ella consideró inadecuada y se le entregó solo un botón de pánico, sin brindar la protección necesaria en su domicilio.
“Me cambiaron la jugada totalmente”, expresó Estrada, quien denunció que el mecanismo de protección pretendía enviarla a una empresa que había sido objeto de sus investigaciones periodísticas previas, lo cual generó sospechas sobre la intención real de la protección ofrecida.
Además, la periodista lamentó la falta de atención y sensibilidad hacia casos como el suyo, que a menudo son ignorados hasta que se produce una tragedia, “porque somos los pinches periodistas de provincia”, lamentó.
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