PULSO
Eduardo Meraz
En cada oportunidad de hablar, el presidente totalmente Palacio Nacional tiene frente a sí el espejo imaginario, donde se refleja su otro yo, el enemigo a vencer por ser racista, clasista, integrante de la mafia del poder y de la minoría rapaz.
Su mirada escrutadora encuentra en esa imagen de sí mismo todos los defectos y pecados del aborrecible neoliberalismo, pues gracias a ellos pudo acceder al poder, que crea una adicción superior a la del fentanilo y embrutece a sus consumidores.
En la contemplación de su imagen encuentra la satisfacción de satanizar el lado oscuro que en ella se esconde. Por eso usa sus encendidos discursos condenatorios, a manera de ejercicio expiatorio, para mantener contenidos ambiciones y apetitos propios de los potentados.
El mandatario sin nombre y sin palabra sabe de la imperiosa necesidad de no darse ni darle respiro a su reflejo, pues la carne es débil. Aplica para sí el método de los 12 pasos, a fin de no caer en tentación.
Desde el teatro en atril mañanero, aun cuando sabe lo mentiroso y falso de sus dichos para fustigar a sus adversarios y oponentes, en realidad es una autocondena.
En cada discurso, se aplica a sí mismo, versos de sor Juana Inés de la Cruz, aunque con un toque personal, a saber:
«Cuatroteístas necios que acusáis al neoliberalismo sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis».
Y esto es así, porque al menos durante su mandato, no ha cambiado los fundamentos del viejo régimen. Si acaso, tomó parte del modelo hitleriano de entregar a la milicia nuevas responsabilidades y nuevas fuentes de ingresos.
En ese juego perenne frente al espejo, el ejecutivo no sólo se asume presidencialista a más no poder, sino anhela inaugurar el maximato del siglo 21, ante la imposibilidad de alcanzar una República monárquica.
Pero como no puede reconocerlo públicamente, se desquita con quienes difieren de sus conceptos e ideas, los cuales están representados en esa imagen que proyecta el espejo.
Ese reflejo son el INE, el INAI, la Suprema Corte, la UNAM los partidos de oposición, algún parte del sector empresarial y, en especial, la Constitución a los cuales quiere transformar a su imagen y semejanza.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno anunció que buscará la candidatura presidencial del tricolor, con lo cual repite la historia de un anterior dirigente; es decir, llega a esa posición a Madrazo limpio.
@Edumermo
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