Un regreso limitado, reversible y ya controvertido. El Comité Olímpico Internacional (COI) recomendó este martes la reintegración de los deportistas rusos y bielorrusos en las competiciones internacionales, con bandera neutra y “a título individual“, pero decidirá “en el momento apropiado” sobre su presencia en los Juegos de París-2024.
Así se expresó el presidente del COI, Thomas Bach, en una rueda de prensa, en un momento en el que Ucrania, Polonia y los países bálticos amenazan con boicotear los Juegos en caso de presencia rusa.
“Los criterios de la comisión ejecutiva (del COI) son una farsa. Los principios del COI y de la ONU han sido ultrajados. Se trata de una discriminación en base a la nacionalidad”, reaccionó el presidente del Comité Olímpico Ruso Stanislas Pozdniakov.
“Hemos logrado que la decisión sobre los rusos y los bielorrusos en los Juegos de 2024 sea aplazada”, celebró en Facebook el ministro ucraniano de Deportes Vadym Goutzait, añadiendo que quiere “trabajar” para que ningún atleta “patriótico” ruso “pueda entrar en los estadios deportivos internacionales”.
‘Día de vergüenza’
Presionada desde hace semanas para clarificar su posición, la instancia olímpica había anunciado en diciembre pasado “explorar medios” para recuperar a los suspendidos del deporte mundial, tras haber recomendado su exclusión a finales de febrero de 2022, debido a la invasión de Ucrania por el ejército ruso, con el apoyo de Bielorrusia.
El COI, tras cuatro meses de consultas con el conjunto del mundo olímpico, eligió dejar a las federaciones internacionales y a los organizadores de las competiciones la responsabilidad primera de invitar o no a los deportistas rusos y bielorrusos, contentándose con “recomendaciones” para “armonizar su decisión“.
El ejecutivo de la instancia sugiere de esta manera mantener la exclusión de todos los equipos rusos y bielorrusos y limitar el regreso a la competición a los deportistas “poseedores de un pasaporte ruso o bielorruso“, que participen a título “individual“, con bandera neutra, que “no hayan activamente apoyado la guerra en Ucrania” y que no tengan contrato con el ejército ruso o los servicios de seguridad.
Sobre todo, la institución olímpica solo recomienda su regreso “con la condición de que pueda ser revocada por la federación internacional concernida”.
Cuando las clasificaciones para los Juegos de 2024 ya han comenzado en algunas disciplinas, el COI, en cambio, “no ha abordado” hasta este martes la cuestión de la participación rusa y bielorrusa en los próximos Juegos, que puede ser explosiva, teniendo en cuenta las amenazas de boicot.
La organización olímpica decidirá “en el momento apropiado, sin ninguna relación con los resultados de competiciones clasificatorias a los Juegos”, anunció Bach.
La ministra alemana de Deportes fue la primera en reaccionar, denunciando que la recomendación del COI es “una bofetada a los deportistas ucranianos“.
“El deporte internacional debe condenar con toda claridad la guerra de agresión brutal llevada a cabo por Rusia. Esto no se puede hacer más que excluyendo completamente a los atletas rusos y bielorrusos”, dijo en un comunicado Nancy Faeser.
Más lejos fue el gobierno polaco, que aseguró que era “un día de vergüenza para el COI”.
“¿Ha pasado algo positivo del lado de Rusia para que sus deportistas participen en las competiciones? ¡Desde Bucha, Irpin, Gostomel! ¡Desde los bombardeos diarios a zonas civiles! Es un día de vergüenza para el COI”, escribió en Twitter Piotr Wawzyk, viceministro de Exteriores.
La esgrima bajo presión
Para Bach, la participación de rusos y bielorrusos en el circuito profesional de tenis y en el ciclismo muestra que “ya funciona“, incluyendo cuando deben enfrentarse a adversarios ucranianos.
El dirigente alemán se apoyó en dos principios repetidos desde hace varios meses, “el rechazo de toda injerencia política en el deporte” y “la no discriminación de los atletas“, lo que impide al COI excluir a rusos y bielorrusos únicamente por su pasaporte.
Sin una opinión muy clara en las últimas semanas, las federaciones internacionales han empezado a posicionarse. El pasado jueves World Athletics confirmó la exclusión “en el futuro próximo” de los deportistas de ambos países, cuando las pruebas de clasificación para los Juegos ya han comenzado.
Al contrario, la esgrima se convirtió el 10 de marzo en el primer deporte olímpico en reintegrarlos, a partir de abril y el comienzo de la clasificación, “bajo reserva de posibles recomendaciones y decisiones del COI“.
Las primeras reacciones han ilustrado ya las dificultades a superar. El jueves la Federación Alemana de Esgrima renunció a la organización de una etapa de la Copa del Mundo de florete femenino, prevista en mayo en Tauberbischofsheim, considerando que habían “demasiadas cuestiones abiertas”.
Unos días más tarde la Federación Ucraniana anunció que boicotearía toda competición en la que participen rusos y bielorrusos, una amenaza que planea cada vez con más fuerza sobre los Juegos que comienzan en poco más de un año.
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