Línea Fifí
Por Martín de J. Takagui
Los jefes afines y miembros de la llamada Cuarta Transformación no son buenos patrones. A pesar de tantas y tantas promesas de que «primero los pobres» y que los trabajadores del gobierno serían respetados y solamente se castigaría a la «Alta Burocracia» hoy es claro que los trabajadores de base son los más golpeados por el actual gobierno.
Ya no importa si se trata de gobiernos locales o de la administración federal, los servidores públicos que se rigen por Contratos Colectivos de Trabajo, parecen ser los principales enemigos de los administradores, quienes se han caracterizado por despedir injustificadamente a los trabajadores, acosarlos, presionarlos y amenazarlos con todo y por todo.
Hemos tratado ampliamente, en este espacio el tema de Sanjuana Martínez, directora general de Notimex, quien mantiene, por sus faldas, la huelga sin solución ni avance alguno en la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, a pesar de que ha perdido amparos, los laudos han salido en favor de los trabajadores y ella, «por tener el apoyo del presidente López Obrador» se mantiene montada en su macho.
Así, con las mismas características y actitudes, con las mismas violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo, se mantiene la Rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la señora Tania Hogla Rodríguez Mora, quien ha buscado a toda costa acabar con varias de las clausulas del Contrato Colectivo de Trabajo, pues asegura que maestros y administrativos quieren ganar mucho dinero.
Pero la rectora universitaria lleva sus acciones violatorias de derechos humanos y laborales al extremo, lo que será denunciado este jueves en la reunión de negociaciones a realizarse en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, como lo anunció la secretaria general del sindicato, Gabriela Berrueto, pues la parte patronal busca intimidar a los trabajadores, asegurando que quienes quieran seguir trabajando en esa casa de estudios, tendrán que aportar a la autoridad universitaria sus datos biométricos.
Si bien los datos biométricos se usan para diversas formas de identificación y accesos diversos a través de la tecnología, este tipo de datos son más allá de un nombre de la persona, pues a través de diversos tipos de lectores, se pueden identificar los rostros, la retina, huellas dactilares, lo cual, si no tiene un objetivo claro, transparente y legal, constituye una violación a los derechos humanos.
Lo anterior, porque se trata de la invasión de la intimidad más profunda de los seres humanos y serían recolectados, como lo propone la rectora Hogla Rodríguez, solamente para tenerlos almacenados, pues no usan los diversos dispositivos tecnológicos para el uso legal de los mismos.
Los trabajadores, a través de su sindicato, emplazaron a huelga, solicitando un incremento salarial de 20%, pero era la cifra para negociar y desde la primera reunión de negociaciones redujeron sus pretensiones a 10%, para
abrir la negociación, sin embargo, la rectora dijo que solamente les otorgaría un incremento de 1,75 % y que si los trabajadores quieren algo más, «tendrán que renunciar a otras prestaciones incluidas y vigentes en el Contrato Colectivo de Trabajo».
Gabriela Barrueto ha reiterado su disposición al diálogo, ha señalado en repetidas ocasiones que «a nadie conviene que estalle una huelga», pero la rectora se cierra a negociar, lejos de asistir a las reuniones conciliatorias, solamente envía a sus abogados que nunca han dado solución, pues no cuentan con el poder de decisión, así de nada sirve que asistan los abogados.
Las cosas en materia laboral no favorecen a la Cuarta Transformación, las patronas de esta administración, parecen tener indicaciones de acabar con los Contratos Colectivos de Trabajo, que son la mayor garantía de bienestar para los trabajadores.
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