PULSO
Eduardo Meraz
Gobernar con base en conflictos y litigios es una de las características distintivas del cuatroteísmo; pero aún más su propensión a dar trato preferencial a ciertos personajes, no obstante los daños causados a la sociedad
Esta semana, los casos emblemáticos de Genaro García Luna, Emilio Lozoya Austin, Jasmín Esquivel, Joaquín Guzmán Loera, Ovidio Guzmán López, Antonio Oseguera Cervantes ocupan el espacio estelar de las noticias, con lo cual se complace el presidente totalmente Palacio Nacional, al contar con los distractores suficientes a las ilegalidades cometidas durante su cuestionada gestión.
Por el momento, los señalamientos de corrupción sobre familiares y colaboradores se encuentran a buen resguardo y le dan oportunidad al titular del ejecutivo a solazarse para reanimar sus críticas y condenas hacia pasados sexenios, en particular el de Felipe Calderón, e impulsar a Morena para futuras contiendas electorales.
No en balde, el mandatario sin nombre y sin palabra ha publicitado con ahínco el inicio del juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de 2006 a 2012. Y en forma paralela anticipa que revisará el pedido de “El Chapo” Guzmán, preso en Estados Unidos.
«Lo vamos a revisar. Cuando se trata de derechos humanos hay vías y hay instancias internacionales», manifestó el presidente innombrable en su teatro en atril mañanero del miércoles.
Sin embargo, ese mismo criterio no lo aplica en el sistema penitenciario mexicano federal, donde gracias a sus disposiciones legales se amplió la prisión preventiva oficiosa, causando una sobrepoblación de personas encarceladas, de las cuales un gran porcentaje no cuentan con condena y, por tanto, sus derechos humanos no son tomados en consideración.
Y es entendible la postura presidencial, si se toma en consideración que la atención a estos casos no se traduce en mayor popularidad ni rentabilidad política para el habitante del palacio virreinal, como sí lo es el caso de Emilio Lozoya, a quien por cierto le acaban de otorgar un amparo contra la prisión preventiva por el caso Odebrecht.
Lo mismo sucede en el caso de algunos principales cabecillas del Cartel de Sinaloa o del Pacífico, Joaquín y Ovidio, a quienes el mandatario sin nombre les otorga un trato diferenciado al de otros integrantes del crimen organizado. Al mayor de ellos verá la posibilidad de regresarlo a México a cumplir su condena y al menor, no quiere extraditarlo vía fast track.
Pero eso sí pide a los cuatro vientos a las autoridades judiciales de Estados Unidos buscar hasta debajo de las piedras para sancionar con todo el rigor de la ley al ex titular de Seguridad Pública, Genaro García Luna, curiosamente por los supuestos estrechos lazos con el Cártel de Sinaloa y el también presumible contubernio con funcionarios norteamericanos.
Las gestiones y litigios que seguirán en las próximas semanas, tanto en Estados Unidos como en nuestro país en torno a la culpabilidad o inocencia de García Luna, y Lozoya Austin constituyen el abono perfecto para levantar el ánimo morenista, con miras a las elecciones en Coahuila y el estado de México.
De igual manera, el habitante de Palacio Nacional confía en ponerle sordina al asunto del plagio de la ministra Jasmín Esquivel Mossa y, de ser posible, lograr el tránsito de su plan B en materia electoral en la Suprema corte de Justicia de la Nación.
Independiente de cómo se resuelvan todos estos casos, el mandatario seguirá buscando pleitos, reales o imaginarios, para con sus adversarios, como estrategia para ocultar las muchas evidencias de corrupción durante su mandato.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La Comisión Nacional del Sistema del Ahorro para el Retiro (Consar) informó que las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) terminaron 2022 con minusvalías para los trabajadores por 215 mil 477 millones de pesos. Se trata de la mayor pérdida para un año.
@Edumermo
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