Cumplir con compromisos, preocupaciones económicas, la necesidad de “poner cara de felicidad”, las relaciones familiares, el tráfico en las calles, la prisa generalizada, las fechas límite, son algunas de las causas por las que en diciembre aumentan los niveles de estrés.
Algunas instituciones y expertos en cardiología reportan que hay un aumento en enfermedades cardiovasculares en esta época y aun cuando no hay estudios que lo comprueben sus hipótesis lo relacionan con causas emocionales.
¿Qué podemos hacer? Aquí compartimos algunas recomendaciones:
Ten en cuenta que tu salud siempre estará primero, por lo que lo más importante es escuchar qué es lo que tu cuerpo te pide: a veces será dormir mejor, otras quizá decir algunos “no” a compromisos. La gente que te quiere seguro querrá tenerte por más tiempo con ellos, así que encuentra la manera de negociar compromisos profesionales, personales y familiares.
Duerme bien. El descanso es fundamental para que tu cerebro encuentre el momento de relajarse y reponerse. Hay expertos que sugieren que los ciclos completos de sueño duran 90 minutos, intenta completar al menos 5 ciclos y si no lo logras, trata de no romper ciclos.
La alimentación será tu mejor aliada, no olvides tomar un desayuno completo y balanceado e incluir en tu alimentación aquellos nutrientes que te ayuden a disminuir el estrés y no sean inflamatorios. Una sugerencia es la ingesta de colágeno hidrolizado que te ayudará a controlar el estrés, ya que cuenta con aminoácidos esenciales como la isoleucina, que apoya en la regulación de las emociones; leucina, que regula estados de alerta y calma mentales; triptófano, el aminoácido encargado de regular el sueño y la estabilidad emocional; valina, realza la energía en el organismo.
La Línea Bienestar de Duché cuenta con formulaciones nutracéuticas que incluyen, por ejemplo valeriana, que controla la estructura del sueño, disminuye la ansiedad y funciona como antinflamatorio. También puedes incluir colágeno hidrolizado con sabores para malteadas y tenr un desayuno alto en proteína. Las opciones son amplias y en tus manos está darle a tu cuerpo una alimentación balanceada y ayudarle a reducir el estrés.
Recuerda que la ingesta de estos productos no sustituye los nutrientes que se obtienen a partir de una alimentación adecuada, además de un régimen de actividad física supervisada.
Por último y no menos importante: no te olvides de estar en el presente y respirar. ¿Cómo? Haz pequeñas prácticas de mindfulness o conciencia plena, por ejemplo, cuando vayas en el tráfico siente el asiento debajo de ti, cada vez que vayas a dar una vuelta fíjate en qué cosas hay a tu alrededor, los colores de los autos que te rodean, si hay algo distinto cada vez que pasas por el mismo camino. Si estás esperando en un lugar, siente la temperatura de tus manos y de tus pies: ¿es la misma? Fíjate cómo estás respirando, ¿es profundo, cortado? No lo juszgues, solo deja que suceda. Trata de dejar el teléfono por pequeños periodos de tiempo y enfocarte en lo que estás haciendo. Si te anclas al presente verás que es mucho más fácil controlar esa sensación de agobio.
La felicidad es el resultado de la calma, no te forces a estar feliz, ayúdate a estar en paz con un buen descanso, alimentación y momentos de relajación.
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