En la realidad no son no gubernamentales fragmentan comunidades pobres, los usan como grupos de “choques” entre pobladores para lograr sus objetivos; intereses ajenos a la comunidad y beneficiar a sus financiadores; las ONG son un negocio de lucro para supuestos “defensores” que conforman organizaciones civiles: Fuerte crítica de James Petras; Sociólogo.
CDMX: Las llamadas Organizaciones Gubernamentales son el rostro del neoliberalismo; brazos derechos de grupos poderosos; dividen y ponen en peligro los sectores populares y la democracia. Desvían la atención con las “supuestas luchas populares”; de los derechos humanos y de ayuda a los pobres. En la realidad no son no gubernamentales, fragmentan las comunidades pobres y los usan como grupos de “choques” y enfrentamientos para lograr sus objetivos de intereses ajenos a la comunidad y beneficiar a sus financiadores. Las ONG son también un negocio de lucro para supuestos izquierdistas; intelectuales que conforman las organizaciones civiles. Fuerte crítica a las ONG de James Petras, Sociólogo, profesor-investigador de la Binghamton University of New York.
Asegura que las ONG se convirtieron en el rostro de la comunidad del neoliberalismo íntimamente ligadas con los poderosos y complementaron así su labor destructiva con proyectos locales para fines de intereses corporativos políticos y económicos. En efecto, los neoliberales organizaron una operación de pinza o estrategia doble. Muchos izquierdistas se enfocaron en el neoliberalismo desde arriba y desde fuera (FMI y BM) y no en el neoliberalismo desde abajo y desde dentro (las ONG y las microempresas) Sobre todo porque los intereses están más en las presuntas” luchas sociales y del medio ambiente”.
Por eso afirma que en realidad, las ONGs no son no gubernamentales. Reciben fondos de corporativos y gobiernos extranjeros o trabajan como subcontratistas privados locales. Con frecuencia colaboran abiertamente con dependencias no gubernamentales a nivel local o transnacional. En este sentido, las ONGs ponen en peligro la democracia, manipulan los programas sociales de las manos de la gente local y sus funcionarios de elección popular, y crear dependencias o vínculos con organizaciones y funcionarios extranjeros.
A demás desvían la atención y luchas populares hacia la auto explotación; garantizan los servicios sociales locales para ejecutar sus “malévolos objetivos”. Esto les permite como neoliberales lograr y restringir presupuesto y transferir fondos para subsidiarse
Las ONGs ponen énfasis en los proyectos, no en los movimientos y causas. Movilizan a la gente, no para luchar por controlar los medios básicos de producción y riqueza: se enfocan más a la asistencia técnica, financiera de proyectos, no en las condiciones estructurales que forman la vida cotidiana, al contrario de los condenan para imponer otros intereses.
Las ONG se apropian del lenguaje de la izquierda: Poder popular, igualdad, desarrollo sustentable, liderazgo popular, defensa de los derechos humanos, ayuda a los pobres, combate a la contaminación, etc. El problema es que ese lenguaje está ligado a un ámbito de colaboración con los donantes nacionales, extranjeros y dependencias gubernamentales internacionales que subordinan la actividad práctica a la política y de competitividad comercial y económica.
La supuesta ayuda de las ONGs afecta a sectores de la población y establece una división interna, competencia entre comunidades; mutilando logros de los escasos recursos, perjudican por “intereses coptados” más que contribuir a la unidad y solidaridad. Esto sucede entre las ONGs para solicitar fondos del extranjero. Compiten con propuestas «al gusto» de los donantes extranjeros, mientras afirman hablar en nombre de más seguidores y supuesta defensa de causas en la comunidad.
El efecto real es la proliferación de las ONGs que fragmentan las comunidades pobres y las convierten en grupos sectoriales y subsectoriales incapaces de ver de manera más amplia el cuadro social que los aflige y menos capaces aún de unirse en la lucha contra el sistema.
Las experiencias recientes demuestran que los donadores extranjeros financian proyectos durante las crisis, pero una vez que los movimientos menguan, cambian el financiamiento a colaboración a los proyectos de las ONG de su agenda neoliberal.
Las ONGs hablan de excluidos, de los sin poder, de la pobreza extrema, de la discriminación por sexo o raza, pero no pasan de los síntomas superficiales para abordar el sistema social que produce estas condiciones. Incorporan a los pobres a la economía neoliberal por medio de una acción voluntaria puramente privada, las ONGs crean un mundo político donde la apariencia de solidaridad y acción social disimula una conformidad conservadora con la estructura de poder nacional e internacional. No es coincidencia que conforme las ONGs se han hecho dominantes en ciertas regiones, la acción política independiente de clase ha declinado, y el liberalismo no tiene freno. La línea de fondo es que el crecimiento de las ONGs coincide cada vez más con el financiamiento del neoliberalismo y la profundización de la pobreza en todas partes.
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