El Fondo Monetario Internacional prevé México tendrá un crecimiento para este año de 2.1%, mientras que para 2023 se espera que la economía del país crezca 1.2%.
Al presentar el informe de las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), el FMI mejoró ligeramente sus previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe para este año a 3.5% pero bajó el pronóstico para 2023 a 1.7%, en un contexto de alta inflación y guerra en Ucrania.
Además subraya su preocupación y advierte que los riesgos siguen siendo “inusualmente grandes”. El antídoto del FMI pasa por “mantener el rumbo” de la política monetaria para restablecer la estabilidad de precios.
Lo que más le preocupa al organismo crediticio es la persistente inflación, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes. El índice promedio alcanzará 6.6% a nivel global a finales de año, y eso sin contar los precios de los alimentos y de la energía, más volátiles, que se dispararon como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Para 2022 la estimación para América Latina y el Caribe es de 3.5% de crecimiento del PIB, es decir un aumento de 0.5 puntos porcentuales (pp) en comparación con los pronósticos de julio, mientras que para 2023 es de 1,7% (-0.3 pp), anunció el FMI con motivo de sus reuniones anuales en Washington.
La mejora de la región este año se debe a una actividad más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2022.
“Los precios favorables de las materias primas, las condiciones de financiamiento externo aún ventajosas, y la normalización de las actividades en los sectores de contacto (humano) intensivo” ha impulsado el crecimiento, señala.
La industria que requiere un alto contacto directo entre personas engloba, por ejemplo, a restaurantes, tiendas minoristas o el transporte público.
Sin embargo el FMI prevé una desaceleración a finales de 2022 y 2023 a medida que “se debilita el crecimiento en países socios, las condiciones financieras se endurecen, y los precios de las materias primas se moderan”.
Brasil y México, primera y segunda economía regionales respectivamente, crecen menos de la media pero salen bien paradas en los pronósticos en comparación con otras naciones emergentes.
Para Brasil, en plena campaña para el balotaje presidencial del 30 de octubre, el FMI vaticina un crecimiento de 2.8% para 2022 (+1.1 pp respecto a la previsión de julio) y de 1% en 2023 (-0.1 pp).
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