Por Tere Salvatierra, empresaria y filántropa. Presidenta de Fundación Salvatierra
La agricultura representa alrededor del 20 por ciento de las emisiones globales de gas de efecto invernadero (GEI). El más importante en este sector económico es el metano, cuya reducción dependerá de cambios en el cultivo, consumo, gestión de suministros y desechos, pero también de la administración de las tierras de cultivo y los bosques.
Muchos de los cambios serán posibles gracias a las tecnologías climáticas que deberán llevarse a los más de dos mil millones de personas que trabajan en el agro.
Algunas de las tecnologías que podrían descarbonizar la agricultura son éstas:
Equipos agrícolas de cero emisiones. La mayor cantidad de reducción de emisiones en las granjas podría lograrse cambiando de equipos y maquinaria tradicionales de combustibles fósiles, como tractores, cosechadoras y secadoras, a sus contrapartes de cero emisiones.
El potencial económico es significativo: el despliegue de equipos de cero emisiones podría producir ahorros de costos de 229 dólares por tonelada de dióxido de carbono.
Sin embargo, la adopción de equipos y maquinaria agrícolas de cero emisiones está muy por detrás de la de los vehículos eléctricos; la mayoría de las variedades todavía están en las fases de prueba de concepto o prototipo.
Alternativas a la carne. Se estima que entre un cuarto y un tercio de las emisiones globales de metano provienen de los procesos digestivos del ganado vacuno, ovino y otros animales rumiantes.
Esas emisiones serán difíciles de reducir a menos que los consumidores opten por cambiar sus dietas. Pero parte de la carne y los productos lácteos que la gente ahora come podría ser reemplazado de manera saludable y rentable con proteínas de cultivos como legumbres.
Esto puede requerir más tierra y diferentes prácticas de siembra, pero también podría reducir la deforestación relacionada con la tala de tierras para pastos.
La tecnología de laboratorio también apunta hacia los sustitutos de la carne. Algunos son de origen vegetal: Beyond Meat e Impossible Foods son dos de los nombres líderes en el campo. Las carnes cultivadas, aquellas cultivadas en biorreactores a partir de células animales, también muestran avances significativos y podrían convertirse en una industria global de 25 mil millones de dólares para 2030.
Inhibidores de metano. Las empresas desarrollan ya suplementos alimenticios y sustitutos que inhiben la producción de metano al alterar los procesos digestivos de un animal. Los ensayos demuestran que estos pueden reducir la producción de metano de 30 a 50 por ciento.
Los precursores de propionato, una clase de ácidos o sales libres, como el acrilato de sodio o el fumarato de sodio, inhiben las emisiones de metano del ganado sin afectar el crecimiento de los animales, y uno de ellos ha entrado en el proceso de aprobación de la Unión Europea.
Procesamiento de estiércol anaeróbico. El estiércol del ganado vacuno y porcino puede liberar cantidades significativas de metano.
El procesamiento de estiércol en digestores anaeróbicos puede reducir las emisiones y también generar biogás, una forma renovable de gas natural que se puede usar en granjas, vender a la red o alimentar la producción de «hidrógeno de oro». Tales digestores se utilizan ahora, aunque no ampliamente, para controlar el olor y los patógenos.
Bioingeniería. La bioingeniería promueve la productividad agrícola y el secuestro de carbono y, por lo tanto, reduce las emisiones del sector. Las tecnologías prometedoras incluyen la edición de genes de plantas para promover la resistencia a las enfermedades y manejar el microbioma del suelo.
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