Certificado dudoso contra testigos confiables
En la reciente entrevista que dio la diputada Olga Lucía Romero Garci-Crespo, cuyo verdadero nombre es Mónica Caballero Garci-Crespo, y conocida por todos como Lady Demandas. Quedó claro que el juicio hereditario por 200 millones de pesos, cantidad que la diputada prefirió reservarse y omitió responder y que abarca bienes materiales y dinero en efectivo. La política evitó mencionar el cuantioso monto de la herencia porque evitó verse como interesada. Pero no cabe duda que más que la “justicia”, la mueve el dinero.
La prueba a la que la Garci-Crespo, alias Lady Demandas, se ciñe es a un supuesto certificado médico que realizó un doctor de Tehuacán que no era el oncólogo que trataba y conocía bien el caso de Socorrito. Guillermo Ulises González es el nombre del médico que redactó un papel de puño y letra, en el que afirma que el estado físico de la Señorita era de gran debilidad y que sus capacidades mentales se encontraban disminuidas. El certificado no está avalado por ningún historial clínico, recetas o algún respaldo que le dé más credibilidad. Pero lo más grave es que fue redactado solo un par de días antes de que se presentara la prueba; por lo que bien podría tratarse de una prueba fabricada. Y, por si no fuera poco, el testimonio del médico representa un conflicto de intereses en el juicio porque trabaja en una empresa perteneciente al esposo de María Elvira Celis Romero, quien, cabe recordar, está en contra de su propia madre en el juicio.
La dudosa validez de ese certificado además, estriba en que el médico recuerda la fórmula y la dosis exacta que suministró a la empresaria unas horas antes de su muerte. Ahora bien, dice recordarlo a la perfección, aunque Socorrito tenga ¡13 AÑOS DEMUERTA! Vaya memoria prodigiosa tiene, o vaya farsa han montado…
Lo cierto es que ese certificado deja mucho que desear. Aunque lo realmente cierto es que mucha gente sabe del gran carácter y lucidez de la Señorita Socorro Romero. Es hasta risible que la diputada quiera hacerle creer a ña opinión pública que el juicio de Socorrito estaba debilitado. Pero esta historia del dudoso certificado continuará porque hay algo aún más grave en esta historia llena de mentiras y verdades a medias donde, por un lado, está la diputada con su certificado, frente a muchos testigos que vieron lúcida y consciente a Socorrito horas antes de firmar su testamento en la Notaria número 2 de Tehuacán.
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