Un nuevo tiroteo en Estados Unidos dejó tres muertos y otros 11 heridos cuando hombres armados abrieron fuego en una abarrotada calle de Filadelfia, la noche del sábado, informó la policía.
Desde el tiroteo en una escuela de Uvalde, Texas, el 24 de mayo, que dejó 21 muertos, se registraron más de dos docenas de ataques con múltiples víctimas en Estados Unidos, según el centro Gun Violence Archive.
“Sabemos que catorce personas recibieron disparos y fueron trasladadas a hospitales”, informó el inspector de policía D. F. Pace.
“Tres de esas personas, dos hombres y una mujer, fueron declarados muertos tras llegar a los hospitales con múltiples heridas de bala”, añadió.
Pace dijo que agentes presentes en el lugar “observaron a varios tiradores activos abriendo fuego contra la gente” en la animada zona de South Street de Filadelfia.
Destacó que “numerosos” agentes se encontraban ya allí cuando se escucharon los primeros disparos. Pace sostuvo que esa vigilancia es común para esa zona en las noches de fin de semana de verano.
Un agente disparó contra uno de los tiradores, que soltó su arma y huyó, aunque no estaba claro si fue alcanzado, añadió Pace.
Según medios locales, no había detenidos.
Pace señaló que se encontraron en el lugar dos armas semiautomáticas y un cargador de alta capacidad. La policía revisará las imágenes de las cámaras de vigilancia de las tiendas de la zona que estaban cerradas el sábado por la noche.
Un testigo, Joe Smith, de 23 años, declaró al periódico The Philadelphia Inquirer que, desde que escuchó los primeros disparos, le invadieron los recuerdos de los recientes tiroteos en Estados Unidos.
“Cuando empezó, no creí que fuera a parar”, dijo. “Hubo gritos roncos”, añadió, “sólo oí gritos.
Otro testigo, Eric Walsh, describió al Philadelphia Inquirer a personas que huían del tiroteo “con salpicaduras de sangre en las zapatillas blancas y con las rodillas y los codos despellejados”.
Según el periódico, otra persona fue asesinada a tiros no lejos del lugar del tiroteo unas dos horas después, pero la policía dijo que ambos incidentes no están relacionados.
En Estados Unidos, donde 393 millones de armas -más que la población- estaban en circulación en 2020, la violencia tiende a aumentar cuando hace calor, según investigadores. Además, en los años varios estados han atenuado las restricciones a la venta de armas.
El presidente Joe Biden, pidió el jueves al Congreso que encuentre una forma de prohibir la venta a particulares de fusiles de asalto o al menos elevar de 18 a 21 años la edad para comprarlas.
Consideró “inconcebible” la reticencia de los republicanos de limitar la venta de armas cuando muchos lugares como escuelas u hospitales “se han convertido en campos de exterminio, campos de batalla”.
“En las últimas dos décadas, murieron más niños en edad escolar a causa de las armas de fuego que agentes de policía y militares activos juntos. Piensen en eso”, dijo Biden en un discurso desde la Casa Blanca.
Además de la masacre en la escuela de Uvalde, Texas, que mató a 19 niños y dos docentes,hubo otros tiroteos.
El 14 de mayo, un hombre blanco que se describía a sí mismo como “racista” y “antisemita” mató a diez personas negras en un supermercado de Buffalo, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
Dos días después, un hombre, motivado por el odio a Taiwán y su pueblo según la policía, mató a una persona e hirió a cinco en una iglesia de California frecuentada por la comunidad taiwanesa-americana.
El jueves, un tiroteo en un cementerio de Wisconsin dejó cinco heridos durante el entierro de un hombre muerto por la policía a finales de mayo.
Y el dia anterior cuatro personas murieron en hospital de Tulsa, Oklahoma cuando un hombre abrió fuego. El atacante apuntaba al médico que le había operado de la espalda y al que culpaba de sus dolores, según la policía.
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